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Desperdiciar el talento senior

Señor Director:

El desempleo no golpea a todos por igual. En Chile, una persona mayor de 55 años que pierde su trabajo enfrenta más obstáculos que cualquier joven para reinsertarse. El mercado castiga la edad con una dureza que pocas veces se reconoce, y las consecuencias no son sólo económicas, también afectan la salud mental.

La exclusión laboral erosiona la autoestima, aumenta la ansiedad y acelera la sensación de obsolescencia en profesionales que aún tienen mucho que aportar. La edad, en lugar de ser reconocida como experiencia, se convierte en un defecto irreversible. Es una paradoja, ya que las empresas que marginan y discriminan al talento senior, pierden el valor de la diversidad generacional donde cada uno tiene algo que aportar y aprender de las experiencias de sus compañeros, jefes, subordinados y colegas.

Hablar de bienestar en el trabajo exige derribar estos prejuicios. La salud mental de nuestros mayores no se protege solo con discursos, sino brindándoles oportunidades reales. Tenemos que hacernos cargo.

Valeria Cox

Stanton Chase

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