Señor Director:
En Ñuble, la representación femenina en la política es alarmantemente baja. Mientras a nivel nacional, las mujeres han
alcanzado posiciones prominentes, como las candidaturas de Michelle Bachelet y Evelyn Matthei, liderando las encuestas
presidenciales con un 57% de mujeres entre los siete candidatos mejor posicionados, en Ñuble la situación es drásticamente
diferente. De 45 candidaturas, apenas 15 son mujeres, y Chillán, la capital regional, no cuenta con ninguna candidata a alcaldesa
desde Lidia Zúñiga, quien ocupó el cargo en 1967. Además, no tenemos ninguna candidata a gobernadora en la región.
La casi nula presencia de mujeres candidatas a alcaldesas y gobernadoras refleja un fenómeno cultural y territorial preocu-
pante. Los partidos suelen buscar candidatos con poca antelación, priorizando a figuras conocidas, lo que limita las oportuni-
dades para nuevas voces. Además, la falta de una ley de cuotas desincentiva a los partidos a promover liderazgos femeninos.
Los estereotipos de género y la percepción de que los hombres son líderes naturales contribuyen a esta escasez. Las mujeres,
a menudo sobrecargadas de responsabilidades familiares, piensan dos veces antes de postularse a cargos políticos.
A medida que se avanza en la formación y el apoyo a candidatas, es crucial que tanto los partidos como la sociedad en su
conjunto trabajen para derribar estas barreras. La falta de representación femenina en Ñuble no es solo un asunto de interés;
es un reflejo de una cultura que necesita cambiar profundamente.
Ricardo Rodríguez Rivas
Máster en Gobierno y Gestión Pública