La tasa de desocupación de la Región de Ñuble en el trimestre diciembre 2019-febrero 2020 alcanzó un 7%, cifra que representa un aumento de 0,4 puntos porcentuales en la comparación interanual, pero la misma tasa del trimestre inmediatamente anterior (noviembre-enero), según informó ayer el INE.
En Chillán, en tanto, la tasa anotó un 7,1%. Mientras que el promedio nacional se ubicó en 7,8%, destacando el bajo desempleo de Aysén (3,6%), Los Lagos (3,8%) y Magallanes (4,6%).
Según precisó el director del INE Ñuble, Anthony Becerra, dado que la medición incluyó solo hasta febrero, la cifra no alcanza a reflejar el impacto de la paralización económica que experimenta Chile en el empleo local.
El aumento anual de la tasa en la Región de Ñuble se debió, según el INE, al retroceso de los ocupados -que cayeron 1,4%- y de la fuerza de trabajo (-1,0%), mientras que los desocupados crecieron 5,2% en 12 meses.
Según género, se registró una tasa de desocupación femenina de 9,4%, anotando un aumento de 0,4 puntos en 12 meses. En tanto, la tasa masculina consignó un 5,3%, la que también creció 0,4 puntos en el periodo.
Por otra parte, los ocupados informales decrecieron 1,9%, incidido en mayor medida por construcción (-26,9%) y comercio (-14,7%).
Sectores económicos
La disminución de los ocupados, según rama de actividad, estuvo incidida principalmente por las contracciones de agricultura (-10,3%), enseñanza (-15,8%) y transporte y almacenamiento (-23,1%), que equivalen a la pérdida de 6.161, 3.860 y 3.049 puestos de trabajo, respectivamente.
En opinión del analista cuantitativo del Observatorio Laboral Ñuble (OLÑ), Héctor Garrido, “resulta llamativo que el sector que destruyó más empleos en la comparación interanual es agricultura y pesca, teniendo en cuenta que este concentra parte importante del empleo regional, sin embargo, esto podría atribuirse a la menor demanda de productos que caracterizan a nuestra economía regional y que son intensivos en el uso de mano de obra en el período de cosecha, como la cereza y el arándano, los cuales han sufrido una disminución importante de su precio, particularmente por la paralización de la economía china, debido a la emergencia sanitaria suscitada a raíz del Covid-19”.
El profesional argumentó que “si se tiene en cuenta que de las exportaciones de la región, un 58% van dirigidas a China, resulta indudable que veamos un efecto sobre la actividad del sector y subsecuentemente, destrucción de empleos. China pasa por su peor momento económico en décadas, aunque comienza a dar señales importantes de reactivación”.
Por otro lado, Garrido sostuvo que “a pesar de que la economía nacional sufrió una contracción del PIB de un orden de 2,1% en el último trimestre de 2019, la tasa de desempleo muestra un comportamiento bastante resiliente, lo que nos hace pensar que el deterioro del mercado laboral se verá reflejado a través de un aumento de trabajadores informales, por cuenta propia y un aumento de la inactividad; situación que probablemente vaya en aumento cuando se conozcan las cifras de marzo, debido esta vez, a una contracción de la demanda interna, por la llegada de la enfermedad a nuestro país”.
