El chillanejo Pablo Somos Reyes se encuentra en Nueva Zelanda, el país que ayer declaró haber superado el coronavirus, después que se diera el alta médica al último paciente que quedaba en aislamiento.
El archipiélago del Pacífico Sur con una población de cinco millones de habitantes, contabilizó 1.154 casos confirmados y 22 muertes a la fecha. Es uno de los primeros países en recuperar la normalidad, tras ser una de las primeras naciones que tomó las medidas más estrictas de confinamiento para controlar la propagación del virus.
Desde marzo el joven relacionador público y publicista vive en Blenheim, en la isla sur de Nueva Zelanda, donde trabaja en una empresa vitivinícola.
Debido a la emergencia sanitaria, el gobierno extendió el plazo de su visa por lo que su permanencia en el país se prolongará hasta septiembre.
“Mi visa de trabajo duraba hasta mayo, el 3 tenía que haber salido de Nueva Zelanda. Por el coronavirus lamentablemente o favorablemente para algunos, hubo cientos de personas que tuvieron que quedarse en Nueva Zelanda, prácticamente atrapados acá porque no podían salir, no se puede viajar. Entonces, el país nos extendió la visa hasta septiembre”, detalla.
Cuando comenzaron a aparecer los primeros casos de la enfermedad en el mundo, Pablo comenta que se encontraba en Italia, por lo que rápidamente regresó a Nueva Zelanda.
“Me encontraba en Europa cuando comenzó a intensificarse todo. De hecho estaba en el carnaval de Venecia, donde comenzó la propagación del virus en Italia, y me fui un día antes de que se detectara una gran cantidad de casos”, dice.
Para Pablo el caso de Nueva Zelanda en medio de la pandemia ha sido un ejemplo para el mundo, ya que según sostiene, ha demostrado que las instituciones funcionan junto con la responsabilidad ciudadana.
“Nueva Zelanda es un país en donde podemos decir que todo funciona, todo. Por lo tanto, en esta situación lo que destaco es la importancia que la gente le tomó al Covid, se tomaron la distancia social demasiado en serio. Pero todo partió por quien debe dar el ejemplo, el gobierno. Se tomaron las decisiones a tiempo, los altos mandos rebajaron sus sueldos en forma voluntaria y significativamente para ayudar a la economía y estabilidad del país”, manifiesta.
El joven valora las medidas que se implementaron para detener el avance del Covid-19 en el país, aunque también reconoce los efectos negativos que dejó la emergencia sanitaria en lo económico, ya que muchas empresas cerraron y el turismo fue uno de los rubros más golpeados.
“Cuando habían seis contagios, la primera ministra decidió no dejar entrar a más extranjeros eso fue una semana desde de que yo llegué. A los 90 contagios cerraron fronteras y se empezó con cuarentena total en todo el país.Podíamos salir a comprar al supermercado, salir a pasear mascotas y caminar, pero con distancia social y no a más de 200 metros de casa. Solo quedaron los trabajos esenciales y los que mueven gran parte de la economía. En los trabajos se mantenía distancia, se usaba mascarilla cuando era necesario y bueno el alcohol gel y métodos desinfectante por todos lados. Los supermercados se mantenían abiertos pero no faltaban productos, tampoco habían aglomeraciones. A veces vi filas, pero la gente respetaba las distancias”, describe.
Respecto a la ayuda asistencial que recibieron los trabajadores afectados señala que “las personas que tenían trabajos y no pudieron continuar, se les daba un bono, no de 30 “lucas”. Un bono de verdad con el que podían vivir, pagar un arriendo o alimentarse perfectamente”.
Chillán
En el pasado Pablo trabajó por años en comunicaciones y en el último tiempo en el área de marketing de una casa de estudios en Chillán. Posteriormente decide recorrer el mundo, y ya suma 20 destinos en su bitácora de viajes.
“Viajando siempre e interesado en comunicar, enseñándole a la gente cómo hacerlo. Me hice un canal en YouTube y un Instagram @somosviajero, donde subo información y videos de los lugares que visito. En Chillán tengo a mis amigos, mi familia y a gente a quien amo, pero por el momento no puedo viajar a Chile, ya que la coordinación con los vuelos de repatriación lamentablemente se convirtió en un negocio”, expresa.