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Al iniciar este 2024 el noveno año del Plan Preventivo de Descontaminación Atmosférica (PPDA) en Chillán y Chillán Viejo, surge un panorama ambiguo que oscila entre los logros evidenciados por el instrumento, que evidencia una baja progresiva en la cantidad de días con episodios críticos de contaminación del aire, y los desafíos persistentes, como el lento avance del plan de recambio de calefactores, que llega en torno al 50 por ciento de cumplimiento. A pesar de los datos alentadores que reflejan una disminución de la polución desde el año 2015, fecha de inicio del PPDA, un análisis exhaustivo revela preocupaciones en torno a la efectividad de esta estrategia diseñada para reducir en un 70% las emisiones de material particulado que generan la contaminación del aire en la capital regional.
El componente más visible del PPDA, el recambio de calefactores a leña por equipos de pellet, aire acondicionado e incluso gas en algún momento, exhibe un avance que alcanza la mitad de la meta proyectada en su inicio. Esta cifra plantea interrogantes sobre la viabilidad de alcanzar los 20.000 nuevos calefactores en una década. La evaluación de la transparencia y eficiencia en la adquisición de estos equipos, así como de otras medidas fundamentales del plan, es crucial y se aguardan los resultados de este análisis una vez que finalice el PPDA este año 2024 y se deban realizar los balances respectivos.
A pesar de los esfuerzos concentrados en el recambio de estufas, este no es el único componente crítico del PPDA. La política aborda también medidas como la aislación térmica de viviendas, la expansión de áreas verdes en la intercomuna, la mejora del transporte público, la implementación de calefacción distrital y la transformación de la matriz energética. Un enfoque más integral y transparente es necesario para abordar de manera efectiva el problema de la contaminación del aire en la ciudad.
La propuesta de extender la gestión de la contaminación atmosférica a una macrozona, que incluiría otras comunas con problemas similares dentro de la Región de Ñuble, es la promesa de las autoridades a la hora de ir pensando en la actualización del PPDA de cara a la próxima década de funcionamiento. Una acción prometedora, pero que está amarrada a una evaluación del desempeño del PPDA hasta la fecha y sus deudas no cumplidas.
Evaluación del PPDA hasta el momento
El PPDA se implementó en 2015, tras declararse a Chillán y Chillán Viejo como zonas saturadas por material particulado. Aunque marcó un hito en la lucha contra la contaminación del aire, el balance actual invita a una revisión exhaustiva de sus logros y fracasos. El componente más visible, el recambio de calefactores, refleja un avance hasta casi la mitad de los equipos comprometidos, y solo queda un año para hacer crecer esa cifra hasta las 20.000 estufas que define el plan. De hecho, en el último llamado a postular en el programa, realizado en diciembre del año 2023, se habían adjudicado en la intercomuna poco más de 9 mil equipos.
Hace unas semanas, Mario Rivas Peña, seremi del Medio Ambiente de Ñuble, detalló que “ya son 9.017 las familias beneficiadas con el recambio de su calefactor por tecnologías más sustentables, y nuestro desafío es seguir mejorando los índices de calidad de aire, por lo tanto, invitamos a la ciudadanía a postular al programa de Recambio de Calefactores cuyo requisito principal que es tener instalada y en uso su estufa a leña, y pertenecer al polígono de Chillán y Chillán Viejo”.
Y la seremi atribuye a esta política un importante avance en la disminución de material particulado. “Gracias al Programa de Recambio de Calefactores de la Seremi del Medio Ambiente se han disminuido sobre 600 toneladas al año de Mp2,5 (material particulado), 75.000 toneladas de CO2 y 60 toneladas de carbono negro en la Región de Ñuble”, informaron a fines de diciembre.
A pesar de los esfuerzos, esta cifra plantea interrogantes sobre la viabilidad de alcanzar la meta de 20,000 nuevos calefactores en una década. La evaluación de la transparencia y eficiencia en la adquisición de estos equipos, así como de otras medidas fundamentales del plan, es crucial y se aguardan los resultados de este análisis una vez finalizado el PPDA.
Y si bien los esfuerzos han estado concentrados en el recambio de estufas, este no es el único componente crítico del PPDA. La política aborda también medidas como la aislación térmica de viviendas, la expansión de áreas verdes, la mejora del transporte público, la implementación de calefacción distrital y la transformación de la matriz energética. Un enfoque más integral clave para abordar de manera efectiva el problema de la contaminación del aire en la ciudad.
Perspectivas hacia el futuro
La propuesta de actualizar el PPDA y ampliar su alcance a una macrozona, incluyendo otras comunas con problemas similares, es una de las nuevas medidas planteadas por las autoridades ambientales. . La participación ciudadana y la coordinación efectiva con las autoridades locales son esenciales en este proceso. La transparencia en la evaluación de emisiones y la identificación de sectores y comunas responsables son pasos cruciales para definir estrategias de manera efectiva.
Se trata de la Macrozona del Valle Central de Ñuble para control de la calidad del aire por contaminación. El año 2023, en el Edificio de la Cultura de Bulnes, se realizó una jornada informativa, realizada por la Seremi del Medio Ambiente, lugar donde se reunieron representantes de los municipios involucrados en este nuevo plan.
En total son 13 las comunas que contempla la definición de la macrozona, correspondientes a Bulnes, Ñiquén, San Carlos, San Nicolás, Coihueco, Pinto, Quillón, San Ignacio, El Carmen, Pemuco y Yungay, que se sumarían a Chillán y Chillán Viejo, alcanzando sobre 400 mil habitantes, lo que corresponde a más de un 80% del total de la población de Ñuble.
El plan busca apoyar a un grupo importante de comunidades de la región que actualmente tienen problemas de contaminación ambiental, igual o tan severos, como los que se registran en las comunas de Chillán y Chillán Viejo, intercomuna que actualmente cuenta con un Plan de Prevención y Descontaminación Ambiental (PPDA).
Precisamente estar dentro de la macrozona involucraría tener una zona declarada saturada en material particulado y el diseño de un PPDA, lo que conlleva a medidas estructurales como el reacondicionamiento térmico de viviendas, que permitirá disminuir la demanda energética para calefacción dentro del hogar y la sustitución de los actuales sistemas de calefacción contaminantes por sistemas eficientes y con menos emisiones, que permitirá reducir las emisiones a la atmósfera y también las intradomiciliarias, el cual actualmente opera en la capital de Ñuble y es conocido como Programa de Recambio de Calefactores.
Este recambio de calefactores, aunque vital, no debe considerarse aislado. La integración de políticas más amplias, como la fiscalización rigurosa de la venta de leña y la promoción de tecnologías limpias, será fundamental. La eficiencia térmica de las viviendas, la concientización ambiental y el respaldo a iniciativas que fomenten prácticas sostenibles también deben ser prioridades en la agenda.
La reciente inclusión de la Macrozona del Valle Central de Ñuble en la declaración de zonas saturadas subraya la necesidad de un enfoque regional y actualizado. La participación activa de la comunidad, la evaluación constante de medidas y el compromiso con soluciones a largo plazo son la clave para garantizar un futuro más limpio y saludable para los habitantes de Chillán y comunas circundantes.
Monitoreo
Desde el 1 de enero de 2019 al 31 de diciembre de 2021, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) de Ñuble monitoreó la calidad del aire en una estación de monitoreo ubicada en la ciudad de Chillán, para determinar qué tan dañino es el material particulado fino (MP 2,5) y determinar conclusiones respecto al Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA) vigente en la intercomuna.
Y no solo eso, sino que también para analizar y declarar a la Macrozona del Valle Central de la región como zona saturada, aspecto que finalmente se promulgó en diciembre de 2022 y se publicó oficialmente en junio de este año.
Esto, dado que los resultados no fueron positivos y se pudo dar cuenta que en comunas como Yungay, Bulnes, San Carlos o Quillón, la concentración de material particulado fino superaba los límites normales, sobre todo en los meses de invierno. El MP 2,5 se mide en cantidades de microgramos por metro cúbico (g/ m3) y un día normal no debe superar los 50 g/m3. Bajo ese contexto es que se evalúa la calidad por día, categorizándolos en alerta, pre-emergencia y emergencia ambiental. Estos tres niveles fluctúan entre los 80 g/m3 y 170 g/m3, lo que indica que el aire está más cargado con esta sustancia. Si un día abarca estos grados, se considera un episodio crítico.
De inmediato y tras la promulgación de la medida que declara como zona saturada por MP 2,5 a la Macrozona del Valle Central de Ñuble, el Ministerio de Medio Ambiente en la región comenzó a trabajar en la implementación del PPDA, convocando a diversos actores que trabajan en este plan. La experiencia del PPDA en la intercomuna Chillán-Chillán Viejo ha servido para guiar esta nueva ruta. La baja significativa de episodios críticos, desde su implementación en 2018, ha sido notable. Si en dicho año hubo 78 episodios críticos, este 2023 fueron 48, un 58% menos. Dichos resultados prevén que el plan que se aplicará a la zona del valle central traerá cifras similares, pero el trabajo con las comunas será clave.
Se espera que este nuevo plan de descontaminación beneficiará a cerca de 400 mil habitantes, cubriendo un área significativa del Valle Central de la Región de Ñuble. Las comunas que se verán incluidas son 13: Ñiquén, San Carlos, San Nicolás, San Ignacio, Bulnes, Quillón, Coihueco, Pinto, El Carmen, Pemuco y Yungay, sumando Chillán y Chillán Viejo que actualmente poseen un PPDA vigente, el cual será fusionado cuando entre en vigencia el nuevo el del Valle Central.
A acuerdo a las autoridades, “considerando la experiencia previa de la declaratoria de zona saturada de la intercomuna de Chillán y Chillán Viejo y la entrada en vigencia de su PPDA, se estima que el proceso de elaboración del nuevo para la macrozona del Valle Central de Ñuble podría tomar un par de años”.