Señor Director:
La creciente ola de violencia que afecta a las escuelas chilenas es un fenómeno alarmante que demanda una respuesta urgente
por parte de la sociedad en su conjunto. Los casos de agresiones físicas, bullying, acoso escolar y conflictos violentos entre estudian-
tes no solo representan una amenaza para la integridad física y emocional de los estudiantes y de los docentes, sino que también
socavan los cimientos de nuestra convivencia.
Los orígenes de esta violencia son multifactoriales. Desigualdad, violencia en el entorno familiar, junto a la ausencia de inteligencia
moral y emocional, son algunos de los factores que contribuyen a la escalada de comportamientos agresivos. Ahora bien, las distintas
tradiciones pedagógicas no pueden ser neutrales ante los valores, deben situarse a favor del valor del ser humano. Las escuelas deben
crecer desde la empatía, la mirada y la escucha, la lectura de las realidades y la construcción de la propia responsabilidad.
La piedra angular en la lucha contra la violencia escolar, tiene que ver con la reconexión moral y emocional que se ha diluido en
nuestra sociedad. Necesitamos recuperar el sentido de empatía y compasión hacia los demás, así como el entendimiento profundo
del respeto y la convivencia pacífica. Cuando los estudiantes no han desarrollado una base de valores morales y emocionales, es
más probable que se involucren en situaciones de violencia en el entorno escolar, donde el resultado de estas vulnera el derecho
de sus pares; dejando huellas profundas y duraderas en sus vidas.
Nathaly Vera
Vicedecana Facultad de Educación UA