Señor Director:
Chile fue el primer país en la región en entregar sus compromisos climáticos para neutralizar sus emisiones de carbono al 2050. Irónico que se anunciara en la década en la que 8 termoeléctricas a carbón entraron en funcionamiento.
Si bien varias generadoras iniciaron anticipadamente el cierre de sus centrales a carbón, persisten problemas históricos: la contaminación en zonas de sacrificio continúa sin solución.
El cierre completo del parque generador en base a carbón, debe implementarse de manera gradual para garantizar la seguridad del suministro eléctrico, pero cabe preguntarse: ¿se puede acelerar la transición energética?, considerando que la generación de electricidad en base a carbón es el 40% de la matriz y principal emisor de GEI.
No es la única interrogante. Se anunció el cierre de 14 termoeléctricas de carbón, pero al ser un retiro voluntario ¿es posible lograr la meta?, ¿en qué consiste el cierre? ¿se apagan las centrales sin posibilidad de reactivación? ¿qué significa para las comunidades? ¿el daño en zonas de sacrificio, quién y cómo se repara?
Chile tiene enorme riqueza en energías renovables. Su potencial de generación eléctrica es 70 veces mayor a lo que tenemos instalado. Habiendo proyectos como Cerro Dominador, primera planta de energía solar concentrada de Latinoamérica, no se explica que haya 14 centrales a carbón sin fecha de cierre.
Urge avanzar hacia una matriz energética limpia, poner en el centro el cuidado del medioambiente, de la vida y la salud.
Necesitamos ser más eficientes en el uso de energía, aumentar y adelantar inversiones en energías renovables para hacer buenos proyectos, incentivar la innovación y nuevas tecnologías. Los esfuerzos no han sido suficientes.
Cristóbal Molina
Ceo y fundador de Mimasoft