Desafío municipal
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Las instituciones democráticas y sus representantes están altamente cuestionadas por la ciudadanía. Nadie se salva, ni siquiera los municipios que se perfilaron como un conector entre la ciudadanía y el Gobierno, al plantear la idea -finalmente desechada- de organizar un plebiscito constituyente.
Por lo mismo, es esencial que concentren sus esfuerzos en resolver las tensiones que los involucran directamente en la crisis de legitimidad que sufren las instituciones públicas del país, ya que además de no alcanzar rangos altos en la eficiencia de las prestaciones de servicios básicos y ser percibidos por la ciudadanía como una de las entidades con mayores niveles de corrupción del sistema político, tampoco han sido capaces de generar espacios de participación ciudadana entre sus comunidades.
En este último tema las comunas de la nueva región están al debe, pues los Consejos de la Sociedad Civil creados hace una década son un monumento a la decepción por las expectativas no cumplidas. De hecho, una de las principales aspiraciones y promesas de esta instancia regulada por la Ley sobre Asociaciones y Participación Ciudadana (20.500) era avanzar hacia innovaciones, entre las que destaca el Presupuesto Participativo Municipal.
El presupuesto participativo nace en Brasil, en Porto Alegre, pero desde su origen brasileño ha mutado y ya se pueden encontrar en América Latina diferentes experiencias. En Chile, los municipios que lo han implementado son 37 (ninguno en Ñuble), y en ellos la ciudadanía participa directamente sobre un monto de recursos que en promedio no supera el 4% del presupuesto municipal global.
¿Quiénes participan y qué deciden en el presupuesto participativo? La participación de los ciudadanos se realiza mediante el voto directo y es vinculante a la ejecución de proyectos en la mayoría de los casos. En el proceso de selección de proyectos participan ciudadanos mayores de 15 años, oscilando su participación entre el 1% y el 25% de la población total de ese universo, la variación se explica fundamentalmente por el diseño que adopta el modelo de presupuesto participativo en cada municipio.
En los casos chilenos, los ciudadanos que participan deciden en su mayoría proyectos barriales, programas comunitarios y no inciden mayoritariamente en las políticas públicas estratégicas de ciudad, siendo ésta una de sus principales falencias.
¿Cuáles son los factores que han determinado este relativo éxito en los municipios que lo han implementado? En el caso chileno el factor determinante para su inicio es la voluntad política del alcalde. Para el sostenimiento en el tiempo, se suma la disposición y capacidad de los equipos técnicos involucrados.
En general, estas experiencias chilenas de presupuesto participativo gozan de mucho reconocimiento entre los ciudadanos participantes, por ello es que en un contexto de demandas sociales de mayor participación en los asuntos públicos, es necesario conocer y replicar esos esfuerzos democráticos que hacen algunos alcaldes y que es de esperar sean imitados en la Región de Ñuble.