Es ley de la economía que el nivel de los salarios es consecuencia del sector productivo que genera el empleo y tras conocerse los resultados del estudio “Los verdaderos sueldos de Chile” de la Fundación Sol, que ubicó a Ñuble como la región con los ingresos de hogares más bajos del país (70 por ciento de los ocupados recibe una remuneración igual o inferior a 503 mil pesos), diferentes expertos consultados por La Discusión coinciden que la raíz de este problema se encuentra en el peso que tiene la actividad agrícola dentro del mercado del trabajo, como también que la respuesta es agregar valor a la producción proveniente de este fértil territorio.
Conociendo la receta, conviene ir aclarando algunos conceptos. Cuando se habla de generar valor a un producto, generalmente se piensa que ello supone una gran inversión o una serie de complejidades que atemorizan a los productores de comodities. Sin embargo, son cada vez más los casos de innovadores que con más creatividad que recursos, y buscando potenciar también una integración en la cadena productiva, están dando un valor agregado a sus productos.
En un mundo global donde se compite no solo con los vecinos, sino que con millones de otras personas, buscar diferenciarse parece ser fundamental, pero también puede resultar más complejo, ya que son varios los que tratan de crear algo diferente para ganar en el mercado.
A pesar de que puede haber dificultades en este proceso de creación de valor, en ocasiones suele ser un cambio pequeño lo que hace la diferencia. Mejorar el envase o aprovechar ciertas ventajas comparativas como una producción limpia, ausente de químicos, proveniente de lugares que naturalmente todavía pueden considerase menos contaminados, son elementos que le aportan valor adicional a un producto.
En diversas áreas, pero sobre todo en materia de agroalimentación, la Región de Ñuble tiene mucho por avanzar. Así lo han dicho expertos y estudios de importantes planteles universitarios. En ellos se explica cómo se le puede sacar ventajas al uso de la energía, aprovechar mejor la cadena productiva, incorporar tecnología en los procesos y capacitar el capital humano que trabaja en el mundo agrícola.
No siempre se considera como un valor agregado, por ejemplo, tener una página web o publicitar los productos en línea, lo que es un error, ya que precisamente la globalización se debe considerar como una oportunidad, más que una desventaja al suponer la existencia de más competidores.
Tener conocimiento del idioma inglés y ahora último chino también constituye una ventana que permite ampliar las posibilidades de venta, entregando el producto con el rotulado en el idioma del consumidor final.
Tomando otros puntos de vista, las bellezas naturales y la hospitalidad de la gente de la zona pueden ser también un gancho para atraer nuevos compradores, quienes al consumir, asocian el producto a la experiencia, al gusto y bienestar de su estadía, disfrutando los paisajes naturales y la atención de sus habitantes.
La creatividad debe formar parte de esta cadena de valor, asociada a lo que tradicionalmente se conoce como valor agregado y acciones diferenciadoras, las que asociadas a una adecuada productividad y un buen plan de difusión pueden potenciar enormemente los comodities de la Región de Ñuble en el mercado mundial.
