Señor Director:
Llama la atención la visión tan reduccionista y carente de toda lógica del historiador Alejandro Witker en su carta al referirse a los derechos de la naturaleza y verlo como algo raro, o como un mero afán de poder y ascenso social por parte de quienes velan por esta causa. Si bien es cierto que la naturaleza está al servicio de las personas, es la sociedad humana la encargada de velar y respetar el cuidado y protección de ella en su máxima expresión, ya que conocemos que la explotación humana irracional atenta contra los ecosistemas y ha sido la principal responsable de la destrucción de las especies que habitan en la tierra.
La naturaleza puede existir sin nosotros, pero nosotros no podemos vivir sin la naturaleza, es nuestro deber cuidar, preservar y respetar las normas para la protección del medio ambiente y vivir en armonía y respeto con los ecosistemas donde habitamos para no comprometer la supervivencia de las generaciones futuras.
El historiador tiene razón cuando cita a Einstein, diciendo que la estupidez humana era infinita, esa idea se ha hecho evidente en la falta de conciencia que nos llevó a este escenario de crisis ambiental. Afortunadamente existe una percepción por parte de los niños, nuestras futuras generaciones, que contempla el reconocimiento del cuidado y los derechos de la naturaleza.
Ramón Vera Suazo