Señor Director:
El impacto del ejercicio en el cerebro es multifactorial. La actividad parece aumentar la capacidad del cerebro para regenerar neuronas y su comunicación, y calmar la inflamación. También mejora la memoria, disminuye los niveles de estrés, además, de ser un protector de la Neurodegeneración.
El ejercicio físico como el aérobico y el de la fuerza muscular, potencian y estimulan la corteza prefrontal, que es la parte del cerebro que maneja el razonamiento, la resolución de problemas, el aprendizaje, la memoria, las habilidades de comunicación y otras tareas que son esenciales.
El Dr. Wrann investigó sobre la Irisina, la hormona que, generada por el tejido muscular en respuesta al ejercicio físico, ayuda a amortiguar la inflamación causada por el mal funcionamiento del sistema inmunitario del cerebro. Este sistema está formado principalmente por unas células denominadas microglía y astrocitos, que normalmente se encargan de reducir la infección cerebral y de limpiar los restos tras una lesión.
Sin embargo, a medida que los seres envejecen, estas células pueden permanecer activas después de que haya pasado el peligro agudo por dicha lesión e interferir con la función neuronal destruyendo conexiones neuronales y luego matando a las propias células.
Lo anterior, provoca una inflamación cerebral crónica que se ha relacionado con muchas enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson.
Por lo anterior, el ejercicio físico es el mejor agente guardián para la protección del sistema nervioso central, de nuestro cerebro.
Dr. Christian Campos
Decano Fac. Cs. De la Rehabilitación U. Andrés Bello