Preocupación existe en el gremio de suplementeros de la ciudad de Chillán tras ser víctimas de una serie de robos que han dejado pérdidas económicas y materiales. Solo durante el mes de agosto siete kioscos han sido vulnerados, en la mayoría de los casos los delitos ocurrieron en horas de la noche y madrugada.
El presidente del Sindicato de Suplementeros Ñuble, Benjamín Briones, indicó que los locales afectados en el último mes son los ubicados en el sector céntrico de la ciudad, específicamente en la calle Arauco y los aledaños al mall.
[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]“Se están robando sobre todo los cigarros, también se llevan la mercadería, las bebidas y las máquinas redcompra”, destacó.
Agregó que los robos quedan al descubierto cuando los dueños de los kioscos llegan en la mañana para iniciar la jornada diaria o son avisados durante la madrugada. Además de percatarse de los objetos e insumos sustraídos también constatan los daños que el o los delincuentes ocasionan en la infraestructura para cometer el robo.
“Con estos robos también quedan daños en la estructura de los kioscos porque rompen los candados, hacen tira las puertas y eso es un daño económico para nosotros porque hay que estar llamando a un cerrajero que arregle y suelde”, dijo Briones.
El gremio de suplementeros denunció la falta de patrullaje y presencial policial en centro de Chillán, por lo que esperan prontamente sostener un encuentro con Carabineros para exponer los problemas delictuales que los afectan en el último tiempo.
“Nos queremos reunir con las autoridades de Carabineros para ver el tema de seguridad porque realmente no hay mucha seguridad ni en el día ni en la noche. En estos momentos no hay ningún carabinero en el centro”, aseveró el presidente del Sindicato de Suplementeros Ñuble.
“A uno lo dejan súper mal económicamente”
Hace siete años Tamara Contreras trabaja en el kiosco, ubicado en el ala sur del Paseo Arauco frente al banco Santander, desde donde el domingo recién pasado fue víctima de la delincuencia que arrasó con su mercadería, dejando a su paso pérdidas que calculó en 500 mil pesos.
“Cortaron todos los candados e ingresaron por la parte principal y se llevaron todo lo que pudieron, bebidas y confites. Son nueve candados que destruyeron, me salieron más de $100 mil. Yo sufrí en pérdidas como $500 mil. Nunca pensé que me iba a tocar de nuevo, pero son varios colegas que han pasado por lo mismo. Son siete colegas del sector céntrico a quienes les han robado. Me siento súper mal, porque vivo del día a día, pensarán que uno gana mucha plata, pero no es así. Ahora estoy de cero empezando. Esto es preocupante y me está afectando sicológica y económicamente”, relató.
Cansada y angustiada de ser blanco constante de delincuentes se manifestó Tamara, ya que su actividad además de ser golpeada por la merma de diarios impresos, comentó que debe hacer frente a la pérdida de capital que debe revertir para poder sobrevivir y responder a los gastos personales por su enfermedad y la de su marido.
“Ayuda a los suplementeros prácticamente no hay y cada vez se está muriendo este rubro. Hay que reconvertirse, uno quiero hacerlo, pero estás cosas bajan los brazos. Ahora las personas que roban que se ponga la mano en el corazón si a uno le cuesta salir adelante y ellos llegan y se llevan de manera fácil las cosas y no ven que hay una familia de por medio. Mi “viejo” está quedando más viejo y sordo y yo tengo lupus, no debería estar trabajando, pero tengo que hacerlo, porque tengo que comprar mis remedios que son caros, no los da el gobierno y mi viejo igual tiene comprar sus pastillas en forma particular”, lamentó.
En la esquina de avenida Libertad con Arauco se localiza el kiosco de Marcelo Morales, quien se desempeña hace 52 años en el rubro, antes tenía otro punto de venta diarios y revistas en la calle constitución con Brasil.
Dos veces seguidas durante la semana pasada sufrió pérdidas por más de 2 millones de pesos en productos y daños en la infraestructura.
“En mi caso me robaron la noche del martes. Me rompieron el candado con un napoleón y metieron un chuzo. Están todas las puertas chuecas las tuve que arreglar, abrieron y sacaron cigarros, entre un millón 900 mil pesos. (…) Al día siguiente, tuvieron que estar observando, porque yo giro a ayudar a una persona que se había tropezado por la vereda en mal estado y el tipo ingresa y me roba el resto de la plata que me quedaba, 890 mil pesos, la mañana del miércoles recién pasado”, comentó.
Según el suplementero, hay una banda que ha encabezado una “ola de robos” en el último tiempo. En su caso ha tenido que recurrir a la venta de sus artículos personales para reponer la mercadería.
“Anda un grupo de sujetos observando los kioscos, y cuando ven cierta debilidad, mujeres o en mi caso, que tengo mis cooler afuera, ingresan al interior del kiosco en el momento que te descuidas y sustraen cualquier cosa. En mi caso han sacado cigarros, caja completa de dinero. (…) Esto viene pasando hace dos meses atrás, una ola de robos que ha afectado a todos los kioscos del sector céntrico de Chillán. No solo los suplementeros, sino también comerciantes de tiendas pequeñas que venden ropa americana”, dijo.
“Estos personajes lo que hacen es que te piden una revista de un sector, mientras que el otro sujeto ingresa por la puerta”, añadió.
Marcelo recordó que al inicio de la pandemia le robaron 15 veces y en los dos últimos meses tres veces, por lo que pide más vigilancia de carabineros que pudiera detener a estos sujetos.
“En este momento los que estamos tratando de contribuir a la cultura a la ciudad, no tenemos derecho, no tenemos ninguna defensa ante la alta delincuencia que está existiendo. No podemos protegernos. Nosotros que pagamos impuesto y todos los derechos no tenemos ninguna protección ni del Estado ni tampoco de nuestras leyes”, expresó.
Si bien en el último la suplementera Eliana Gallegos no ha denunciado delitos contra su negocio, los primeros años de pandemia fueron complejos en su puesto de trabajo ubicado en Libertad con 18 de septiembre, donde hace 27 años vende revistas, diarios, colecciones, confites y bebidas.
“Ahora me han dejado descansar en realidad, pero el año pasado, por este tiempo en agosto, fue cruel, ya que fueron tres veces en un mes. El vidrio lo hacían pedazos, ahora puse estas protecciones y estoy como en una jaula. Eso ha ayudado un poco más porque les cuesta más sustraer las cosas. Los kiosqueros estamos a la orden de día. Se han llevado todas las colecciones que le pueden sacar utilidad y lo demás son destrozos. El año pasado sufrí 300 mil pesos en pérdidas. (…) Es una impotencia, hay que formar el capital para comenzar de nuevo”, comentó.
Texto: Antonieta Meleán| Susana Núñez
[/bg_collapse]