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“Dentro de 10 años la región debería ser muy distinta a la que estamos viendo actualmente”

La figura del Gobernador surgió casi a la par con el desarrollo de Ñuble como región. Quizá no temporalmente hablando, pero coincidió con una serie de nuevos estamentos que tuvieron que adecuarse, junto con el proceso de desarrollo de la nueva institucionalidad regional que se estaba ejecutando. Una de ellas fue la del actual gobernador, cargo que actualmente ocupa Óscar Crisóstomo Llanos. Desde que asumió el Gobierno Regional en 2021, se han logrado grandes e importantes avances, pero queda mucho aún, según lo que él mismo explica. El objetivo ahora es impulsar nuevos polos de desarrollo, sobre todo en el ámbito económico. Crisóstomo indica que el primer hito se marcará a los 10 años, cuando Ñuble cumpla una década de constituida como región.

– En general, ¿Cómo evaluaría los primeros seis años de la región de Ñuble?

– Lo primero que diría es que ya no existe la discusión de que no era necesario convertir a Ñuble en una región. Recordemos que había escépticos en esto. Hay una gran diferencia entre ser provincia y ser región, por lo tanto, es algo que ya está resuelto y está cerrada esa discusión. Hoy, el debate se centra en cómo fortalecemos la región y cómo se sigue avanzando en distintas líneas que nos encamine a un mayor crecimiento y mayor seguridad. Creo que en estos seis años uno ya puede hacer una primera evaluación, considerando el contexto en el que hemos estado. La instalación de la región fue una instalación difícil. Tuvimos la pandemia, el estallido social y una inflación. Por lo tanto, no hemos navegado en un período común. Eso implica que cuando uno quiere hacer análisis de tiempos pasados se torna muy difícil, porque no hemos tenido una línea. Y además no tenemos mucho dato antes de la creación de la región. Eso dificulta algún análisis un poco más duro que uno puede hacer. Pero hay datos que ya son objetivos, o sea, tenemos más de un 200% de inversión pública en nuestra región, comparativamente a lo que teníamos antes. Tenemos un crecimiento evidente en el área turística, también de un fortalecimiento del área de salud. Hay datos duros donde uno dice que efectivamente esto ha ido avanzando y que poco a poco tenemos que ir fortaleciendo. Yo creo que dentro de 10 años la región debería ser muy distinta a la que estamos viendo actualmente.

– El desempleo en la región no ha dado tregua. ¿Cree, como han planteado algunos parlamentarios locales, que es hora que el gobierno impulse un Plan Ñuble?

– Yo creo que hay cosas que ya van quedando más encaminadas. Por ejemplo, cuando llegamos, nuestra principal preocupación fue generar un clima en la región para poder avanzar unitariamente en base a nuestra diversidad, algo que no es fácil de hacer, pero yo creo que medianamente se ha podido lograr en nuestra región. Generamos algunos hitos en algunas áreas prioritarias. Para nosotros la salud fue prioritario, pero ya hay un camino trazado que se está cumpliendo. Creo es el minuto de colocar más acento en el desarrollo económico en la región. Creo que tiene que haber un punto de inflexión, en términos de qué es lo que queremos hacer y hacia dónde nos vamos a dirigir. Dicho lo anterior, puede haber un plan Ñuble, un plan de inversión o el nombre que sea pertinente, pero creemos que la estrategia tiene que estar centrada en polos de desarrollo. Más que estar disgregando esfuerzos, tiene que haber polos de desarrollo que nos permitan dinamizar economías ya existentes o visualizar algunas que han ido emergiendo poco a poco. Y esos polos de desarrollo pueden ser uno industrial-tecnológico Chillán y Chillán Viejo; el polo de desarrollo cordillerano turístico de San Fabián – Valle de las Trancas; o el costero. O sea, debe haber una dinámica de acción desde la institucionalidad económica en potenciar las vocaciones y las características que tiene alguna área de desarrollo de nuestra región de Ñuble.

– ¿Convertirnos en región ha permitido descentralizar desde Chillan hacia las comunas? ¿De qué manera?

– Yo creo que ahí hemos llegado a un sano acuerdo con los alcaldes de los municipios, en términos de que estamos financiando proyectos que eran prioritarios para ellos. Y sobre eso hemos construido una carta de navegación que se ha ido cumpliendo hasta ahora. Cada comuna tiene asegurado cerca de $1.000 millones para proyectos del fondo regional de inversión local, que permite recuperar espacios públicos, hacer pozos profundos, mejorar escuelas y muchas otras cosas más. Eso es como la base, es lo mínimo que tienen todas las comunas de nuestra región, y eso fue parejo, seis proyectos para cada una de ellas. Y sobre eso, vienen proyectos que son más estratégicos para nuestras comunidades o el municipio. Hay algunos que han priorizado APR, hay otros que han priorizado áreas de gimnasio, otros la salud, también el restablecimiento de su sistema escolar. Cada uno ha apuntado a qué quiere hacer en su comuna y cuáles son las vocaciones que tiene. Ninhue, por ejemplo, que es la comuna más pequeña, es la comuna que ha recibido, probablemente, mayor inversión por el rezago que tenía. Ahora hay estadios, estamos mejorando escuelas, aprobamos este miércoles un APR, de los seis que vamos a hacer, ya eran los que tenían menos agua potable rural. Pero Ninhue tuvo una estrategia, la hemos seguido y la hemos ido compartiendo y en eso hay buen avance.

– ¿Qué efectos concretos ha comenzado a notar la comunidad ñublensina luego de la concreción de la región?

– Veamos primero los efectos en el transporte público. Ya no tenemos esos buses que se goteaban o andaban apenas. Yo diría que se ha renovado casi todo el parque vehicular de las micros y gran parte de los colectivos y de los taxis. Se incorporó un mecanismo de pago electrónico al transporte público, que hoy nos permite tener datos y la seguridad para los pasajeros y el conductor, porque no han existido robos en esta materia. Por lo tanto, el transporte público en Chillán y Chillán Viejo es muy diferente a lo que teníamos cuando éramos provincia. Esta es la alianza público-privada que ha funcionado muy bien. El 65% de los buses que entregamos este año, en el marco del programa renueva tu micro y colectivo, eran para el transporte rural. Y el próximo año nos vamos con toda la electromovilidad. Ahora, en materia de salud. Está primero el Hospital Regional que se entrega a fines del próximo año y operativo durante el 2026. Tenemos la construcción de diversos Cesfam. Entre lo que estamos entregando y diseñando, son 11 Cesfam. Esto le está cambiando la vida a la gente de Ultraestación, Federico Puga, en Portezuelo, en el Durán Trujillo, en la comuna de San Carlos, en Pinto, San Fabián, Ñiquén, Ninhue, Ránquil. En el mundo de la salud hay una gran distinción, sumándose a la reposición de los cinco hospitales comunitarios. En obras públicas, se ha aumentado la cantidad de pavimentos. Se aumentó en un 11% desde el 2018 al 2024 en los caminos pavimentados de Ñuble. Si bien, no es lo que esperábamos, es superior a lo que teníamos o al ritmo que estamos teniendo. En materia de APR, se construía uno cada tres años en nuestra región de Ñuble. Hoy estamos construyendo cerca de cinco al año. Y tenemos hoy en pleno diseño 51, ya sea para nuevos APR o también para la ampliación de los APR existentes. Se viene en los próximos meses la construcción del centro Teletón. Esta semana aprobamos los recursos adicionales, se adjudica este mes y se empieza a construir de aquí a final de año. Algo que era impensado. En salud y educación seguimos con las carreras de Medicina y Química y Farmacia. Se está licitando el centro de simulación y junto con eso el centro de investigación de la Universidad del Bio-Bío en el polo de salud, donde vamos a empezar poco a poco incorporar otras universidades que también queremos hacer un aporte. La Universidad de Concepción quiere hacer un aporte, la Universidad Adventista, o la Universidad Católica de la Santísima Concepción. En cada una de sus áreas y especialidades y vamos a fortalecer nuestra región de Ñuble en ese ámbito.

– En la ley de Presupuesto 2024 se pusieron más condiciones para aprobar proyectos, entre ellas, que los consejeros cumplieran con un rol más activo. En la práctica ¿Eso ha dificultado la rapidez con que se entregan soluciones? ¿O era una medida necesaria?

– Ha enlentecido todo el proceso, porque no tiene que ver con mayores niveles de control y de transparencia, creo que finalmente se ha transformado en un nivel de burocracia. Hay algunos elementos que nosotros estábamos de acuerdo, de hecho, queríamos pasar todos los proyectos por el consejo regional, sin embargo, Contraloría nos dijo que no todos los proyectos pasan. Bueno, nosotros lo pasamos igual para conocimiento. Y en eso llegamos a un acuerdo con el consejo, ellos no votan la aprobación, pero sí conocen las materias, que son aquellos de menos de 7.000 UTM. Pero han sido tantas las trabas que han colocado, que ha repercutido en que tengamos dificultad para la ejecución de un presupuesto y para poder llegar oportunamente a dar solución a nuestra a nuestras comunidades. Si el año pasado ya nos demorábamos tres o cuatro meses, hoy nos estamos demorando entre ocho y 12 en que aprobamos un programa o un proyecto, y echarlo a andar. Eso la verdad que impacta en los desarrollos de cualquier región. Por lo tanto, yo creo que fue una exageración y lo dijimos el año pasado.

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