Las denuncias por estafas y otros delitos cometidos utilizando de por medio las redes sociales y otro tipo de plataformas cibernéticos, presentan un sostenido incremento en Ñuble.
Al menos, se ha detectado aumentos en la totalidad de los delitos tipificados y perseguidos por ley, como la suplantación de identidad, las amenazas, acoso u hostigamiento (funas), la destrucción de disco duro, y evidentemente, las estafas.
Estos ilícitos, que cuando se cometían por estos medios, figuraban dentro de los menos denunciados en la región hasta el 2019, desde el 2020 y en especial desde que arrancó la pandemia, llegaron a ocupar el sexto injusto más investigado, superando incluso al inexterminable hurto.
Un último ejemplo ocurrió la semana pasada, ocasión en que una persona quien ofrecía joyas a través de Facebook, fue contactado por un supuesto comprador, cuya real intención era robárselas.
Sin embargo, y debido al oportuno aviso de la víctima, estas tres personas fueron detenidas por Carabineros.
En consecuencia, y en horas de la tarde de ayer, Tomás Carrasco Badilla, Cristian Zapata Canales y Matías Díaz Basualto, quienes fueron formalizados por robo con intimidación por la fiscal (s) Cecilia González, fueron puestos en prisión preventiva conforme lo dispusiera el Juzgado de Garantía de Chillán.
La persecutora explicó que uno de los imputados se contactó con el vendedor y le dijo que se juntaran en el sector del mercado persa de la ciudad. Ahí, una vez que la víctima le mostró las joyas, lo intimidó para que se las pasara, pidiéndole a otros dos acompañantes que le pasaran un arma de fuego por si el afectado se resistía.
Fue cuando el grupo, tras asaltar a la víctima, intentó huir, que fue detenido por Carabineros con las especies, avaluadas en 115 mil pesos.
El tribunal dio un plazo de tres meses para el desarrollo de la investigación judicial.
Extremar el autocuidado
Sin embargo, en la Región de Ñuble ya ha habido varios ejemplos investigaciones que han terminado con personas condenadas y privadas de libertad, en especial cuando se trataba de delincuentes que habían planificado estafas masivas o, que mediante engaños, acordaban un punto de encuentro con las víctimas a quienes les ofrecían vehículos o artefactos (inexistentes) y una vez allí, lo golpeaban y les robaban el dinero.
Otros tratos, como la compra de artículos de diferente índole, suelen ser aún más riesgosos, como aquella que se hace a distancia, y que como requisito, el comprador deposita antes de que el vendedor, amparándose sólo en la buena fe, le envíe lo comprado.
En ambas policías, una y otra vez hacen los mismos llamados: A no dejarse llevar por ofertas sospechosamente tentadoras, a buscar toda la información posible de quién es la persona que vende.
También, en caso de quedar en reunirse para una transacción, no acudir a la cita solos, aceptar que el intercambio se haga sólo en un lugar concurrido, seguro y durante el día; y en lo posible, realizar transferencias electrónicas, evitando llevar dinero en efectivo.
Alan Ibáñez, coordinador regional de Seguridad Pública, explica que una de las tareas que ha estado realizando la Subsecretaría de Prevención del Delito, es comenzar a hacer campañas educativas que apunten a que las personas acepten que hacer tratos informales por redes sociales siempre conlleva un riesgo.
“Por lo demás, aún hay personas que no ven a quien ofrece cosas ilegales por Internet como delincuentes, en cambio sí se tiene esa impresión del delincuente de la calle”, aseveró.
El ciberespacio es un lugar complejo de fiscalizar o de generar prevención, por lo que “acá, más que nunca el autocuidado es fundamental”, destacó Ibáñez.
