Recientemente, la Secretaría regional ministerial de Vivienda anunció que se está gestionando la adquisición de 32 hectáreas para la construcción de 2.032 viviendas “sociales”, una positiva noticia que permitirá dar un paso firme hacia el objetivo de ir acortando el déficit de viviendas en la región, que hoy alcanza las diez mil, según estimaciones oficiales.
Se trata de la gestión de compra de tres terrenos por parte del Serviu Ñuble, y un cuarto a través de la Subdere, que suman 32 hectáreas. Tres de estos están ubicados en el sector surponiente de Chillán, en el denominado Plan Urbano Habitacional “Chacra Maipón” y el cuarto terreno se emplaza en la comuna de Pemuco.
La necesidad de contar con una vivienda propia ha cobrado tal relevancia en el debate público que se ha planteado incluso como un derecho social que debiese estar consagrado en la eventual nueva Constitución.
Pero más allá del derecho legal, en lo concreto, el Gobierno anunció recientemente el programa “Compromiso vivienda”, que consiste en asegurar, en una primera etapa, a 50 mil familias del país el terreno donde se construirá su futura vivienda definitiva, para totalizar la ayuda a 100 mil familias.
Si bien no se han asegurado los recursos para la construcción de las viviendas, el mérito de la iniciativa es asegurar ahora la disponibilidad de terrenos bien ubicados, es decir, con buena conectividad e integrados completamente a la ciudad, lo que además evita contribuir a la segregación socio-espacial que se observa en las ciudades.
En ese sentido, no hay duda que la próxima administración profundizará estas políticas, dado que el derecho a una vivienda digna fue una promesa de campaña.
También se debe reconocer el fuerte incremento en los presupuestos de vivienda en los últimos dos años, como parte de un paquete de medidas de reactivación económica, lo que ha permitido aumentar la oferta habitacional con subsidio estatal. Para Ñuble, el presupuesto del Minvu alcanzará a $130 mil millones en 2022, casi el doble del presupuesto inicial del presente año.
Sin embargo, la crisis por el Covid-19 ha favorecido un alza de los costos en el sector construcción, que bordea el 30% para aquellos proyectos iniciados este segundo semestre, a raíz del aumento en los precios de los materiales de construcción, del valor de la mano de obra y los mayores costos derivados de los retrasos en la llegada de materiales, y ello no ha ido aparejado con un ajuste en el monto de los subsidios.
En ese sentido, desde la construcción han planteado la necesidad de reajustar los montos de los subsidios, ya que en los actuales niveles las empresas que comenzaron a ejecutar proyectos en el segundo semestre de 2021 no tendrán margen de ganancias, es más, no se descarta que tengan pérdidas. Según la Cámara Chilena de la Construcción, el mayor subsidio otorgado este año recoge escasamente el alza real de los costos, lo que ha significado que muchos proyectos no puedan iniciar, en el contexto de escasez de mano de obra y materiales.
No será fácil, considerando la estrechez fiscal que enfrentará el Gobierno el próximo año, pero como ha quedado demostrado, los proyectos de este tipo no solo mejoran la calidad de vida de las familias, sino que también generan empleo y dinamismo económico en los territorios.