Ñuble no tiene la infraestructura de transmisión eléctrica que requiere para satisfacer la demanda actual y futura. De hecho, cada verano hay que cruzar los dedos para que el sistema no se caiga, debido al aumento de la temperatura y del consumo eléctrico, principalmente por la actividad agrícola y agroindustrial.
En otras palabras, líneas de transmisión que son clave en la zona, así como algunas subestaciones, requieren del aumento de su capacidad urgente para tener la potencia suficiente que sea capaz de satisfacer la demanda que exige el crecimiento de la región. La situación obedece a la falta de una adecuada planificación de las inversiones varios años atrás, una labor que corresponde a un ente técnico denominado Coordinador Eléctrico Nacional. El escaso interés de las autoridades de la región del Biobío por actualizar la infraestructura de transmisión de la entonces Provincia de Ñuble replicó la mirada centralista de Santiago respecto al desarrollo de las regiones. Y salvo excepciones, las empresas del sector transmisión y distribución no alzaron la voz sino hasta 2020, cuando el problema ya estaba encima.
Para peor, el único proyecto importante en materia de transmisión que tenía la región, la ampliación de la línea de 66kV Charrúa-Chillán, de CGE, que permite triplicar su capacidad (desde 27 a 90 MVA de potencia), fue abandonado en 2022 debido al alza de los costos, quedando paralizado, sin que hasta ahora la empresa responsable, la CGE, haya llamado a una nueva licitación.
Se trata de obras en las subestaciones Charrúa y Chillán, así como en los 56 kilómetros de la línea, considerada estratégica, pues alimenta a la intercomuna y a la zona sur de la región, la más afectada por las limitaciones de potencia.
Pero las malas noticias no terminaron ahí, pues a principios de este año se conoció el “Informe Técnico Preliminar del Plan de Expansión Anual de Transmisión Año 2022”, y no considera ninguna inversión en Ñuble.
Se acentúa así una deficiencia que no solo ha impedido la concreción de más de 300 proyectos de inversión en los últimos tres años, de los sectores agrícola, agroindustrial, comercial y manufacturero, sino también amenaza la operación de infraestructura crítica, como es el nuevo hospital regional. El pasado lunes el Servicio de Salud Ñuble informó al gobernador regional que el complejo que se construye en la avenida O’Higgins no cuenta con la factibilidad de conexión a la red eléctrica.
La situación es muy delicada y requiere tomar medidas urgentes, que en mucho dependen de la comprensión del gobierno central de la gravedad del problema. Hoy llegará a la zona el ministro de Energía Diego Pardow para precisamente abordar este tema con las autoridades regionales y representantes del sector privado, por lo que habrá que seguir con mucha atención el resultado de esa reunión. El secretario de Estado detallará una propuesta denominada “Plan Especial Ñuble”, que esperamos reconozca el sentido de urgencia que se requiere para implementar soluciones de corto plazo y agilizar las inversiones que la región requiere en transmisión eléctrica. Diagnósticos hay muchos. Ahora se requiere voluntad política para pasar a la acción.