Señor Director:
Hace unas semanas atrás ocurrió un grave accidente en un punto distante vía terrestre de la capital regional de Ñuble, una región con una enorme red de caminos rurales, de difícil acceso y largos traslados en ambulancias del SAMU para acceder al único centro de mayor complejidad de Trauma de la región. Siendo un médico con pocos meses en el Hospital Herminda Martin me ha sorprendido la inexistencia, quizás inoperancia o mera falta de coordinación, de un sistema de aerorescate para pacientes traumáticos graves.
En Trauma, existe el concepto de “La Hora Dorada”, que corresponde a esos primeros minutos posteriores a la lesión traumática en el que se desarrollan una serie de fenómenos patológicos que pueden empeorar irreversiblemente el pronóstico del enfermo. Para evitar esto, es crucial el mejor y más oportuno traslado del paciente al centro asistencial definitivo, especialmente aquellos pacientes con injuria cerebral que es lo que me compete por ser neurocirujano, y más aún en niños, por tener menos capacidad para tolerar, por ejemplo, un shock hemorrágico. La adecuada coordinación entre el Hospital Regional, el SAMU y la policía, para casos seleccionados, puede evitar que aquella “Hora Dorada del Trauma” el paciente la padezca aún tirado en el lugar del accidente, esperando un traslado terrestre, que quizás llegue tarde para ese enfermo. Es necesario una mayor preocupación de las autoridades, políticas y del sector salud, para corregir estas deficiencias en la atención oportuna y de calidad de pacientes víctimas de traumatismos graves, que a todo esto, sigue siendo la primera causa de muerte y discapacidad en gente joven.
Sergio Aguilera Rodríguez