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Declive de la DC

Señor Director:

El presidente interino de la Democracia Cristiana, explicando la adhesión de su partido a la candidatura presidencial del oficialismo, ha dicho que “(…) el comunismo cayó derrotado en el mundo, que se cayeron los muros, que ya el comunismo no existe y que el comunismo se transformó en capitalista con una de las principales potencias del mundo (…) Así que es un mundo distinto (…)”.

Cuesta imaginar mayor despliegue de frivolidad para justificar una decisión de mero cálculo electoral, pragmática, oportunista, pero que lamentablemente se lleva por delante la más elemental coherencia doctrinaria, la adhesión a valores y principios permanentes y, más aún, la razón misma de ser de dicho partido. Si la DC puede pactar tan liviana y alegremente con el PC, quiere decir que la extrema izquierda ha terminado conquistando la hegemonía cultural, y es probable que su decisión contribuya a que vivamos años dramáticos sin que nuestro escenario político disponga de las reservas de centro, moderadas, gradualistas, reformistas, que consigan sofrenar e infundir algo de sensatez a los ímpetus de la arrogancia fundacional del izquierdismo más religioso.

Una pena grande que el partido que otrora supo interpretar con inteligencia los anhelos de progreso, desarrollo y libertad de grandes mayorías, concluya de esta forma su peripecia histórica, de manera tan poco digna, frustrante y desalentadora.

Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega

Abogado

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