La actriz chillaneja Constanza Contreras (27) se encuentra alejada de la televisión y en estos últimos años se ha dedicado 24/7 a su rol de madre.
Hace cuatro años regresó a su tierra natal tras casarse con un empresario y despedirse, al menos por un tiempo, de las pantallas donde dio vida a diversos personajes en las teleseries, “Vuelve Temprano”, “La Poseída” y “Chipe libre”, y además en las películas, “Barrio Universitario” y “El extranjero”.
Esos papeles le permitieron el despegue de su carrera profesional que hoy se encuentra en pausa, mientras se dedica a la crianza de sus hijos Raimundo (10) y de Jacinta, de 11 meses, quienes son su motor de vida en Chillán, donde se proyecta vivir junto a su marido el “Pato” con quien tiene 8 años de diferencia.
“Este proceso de ser mamá ha sido bueno y súper distinto, porque yo tengo otro hijo más grande que es el Raimundo. Era súper chica cuando lo tuve, entonces, ha sido muy distinto volver a tener a la Jacinta 10 años después, porque ahora soy más grande y madura, antes tenía mucho más apoyo de mi familia”, comentó la joven.
“Coni” egresó del colegio Concepción y luego estudió Teatro en la Universidad Andrés Bello, donde su profesora Moira Miller, la guió en el camino de las luces.
“Yo tenía de profesora a Moira Miller me llamó para que estuvieran en el taller de TVN y luego llegué a las teleseries. (…) Fue buena experiencia, igual intensa, muy distinto al teatro, pero en el taller que estuve me prepararon para hacer teleseries. Conocí actores que desde chica los veía actuar, admiraba mucho poder trabajar con ellos. Siento que fue un aprendizaje, en la primera aprendí y en la segunda me solté”, recordó.
Además de dedicarse a ser “full” mamá, también ha tenido tiempo para pensar en proyectos que le permitan compatibilizar ese rol con el de actriz.
Por esta razón, impartirá próximamente en la capital regional un taller de teatro en AquaSpa, ubicado en avenida Paul Harris 790, donde enseñará este arte a niños y adolescentes.
“Es súper bueno el teatro para el control de las emociones, para poder comunicarse, para la personalidad y además es súper sanador, no tiene prejuicios y es liberador, y eso que lo aprendan los niños para la vida es muy bueno”, destacó.