Señor Director:
El rechazo al Kínder obligatorio ignora todas las investigaciones existentes de cómo la educación temprana favorece el desarrollo de niños y niñas y, en términos de justicia social, accede a espacios educativos y experiencias pedagógicas para impulsar la equidad e igualar oportunidades.
La principal razón está centrada en no favorecer la escolarización a tan temprana edad, argumento que invisibiliza el rol profesional de las y los educadores de párvulos y todos sus marcos, mecanismos, instituciones y políticas públicas, todas ellas del nivel educativo que centran el juego como eje del aprendizaje, posiciona en un rol mediador a educadores, releva la importancia de las familias en procesos educativos, y potencian las interacciones y ambientes propicios que resguardan la calidad, pertinencia y coherencia de prácticas educativas y por ende, el rechazo a prácticas escolarizantes.
La escolarización en kinder no es algo nuevo, por ende no atribuible a este proyecto y que sin duda es una problemática que debe ser abordada. El rechazo a este proyecto no erradica el problema, de hecho lo perpetúa. No podemos dejar de lado que las políticas vienen acompañadas de una musculatura de seguimiento y cumplimiento, que permitiría pensar en un escenario más positivo para erradicar efectivamente la escolarización.
Patricia Soto de la Cruz
Directora Pedagogía en Educación Parvularia, Universidad Finis Terrae