El proceso de construcción de viviendas para los damnificados por los incendios forestales del pasado verano, en Ñuble, tiene opiniones diversas, pues algunos ya están viendo materializar el anhelado sueño de la casa definitiva, mientras que para otros sigue siendo un proyecto lejano.
Custodio Flores Zapata, del sector San Ramón, en Quillón, se mostró contento porque hace una semana comenzaron las obras de su vivienda. Desconoce cuándo estará lista, pero espera que sea lo antes posible para poder vivir en una casa digna y cómoda, ya que la vivienda de emergencia que recibió tras los incendios tiene varios problemas.
“Hace 4 o 6 seis meses que me entregaron la casa de emergencia y no está terminada. El baño no está conectado, no funciona y lo estoy ocupando como cocina, el estanque está roto y se pasa todo en la ducha. Se goteaba toda en invierno, le pusieron zinc arriba y ahora no se pasa. Yo me aburrí de reclamar, a lo mejor creen que uno reclama por andar molestando”, dijo.
Custodio, quien vive con su esposa, se mudó hace poco a una mediagua que le regalaron y aseguró estar más cómodo en ese espacio.
Recordó que en los incendios del 2 de febrero perdió sus gallinas, plantaciones de cerezos y todos los enseres de su hogar. Fueron sus clientes quienes le llevaron ropa, estanque de agua, entre otras cosas. “Esto fue el infierno, se quemó todo, perdí todo”, agregó.
En ese momento también fue de gran ayuda una caja con mercadería y un quintal de harina que recibió del Gobierno Regional. “Dijeron que la darían por 10 meses y resulta que no han venido más”, cuestionó.
Mientras tanto, Ana Fuentealba Soto, del sector Santa Ana, en la comuna lacustre, explicó que ya tiene lista la documentación requerida para poder postular a una vivienda definitiva. “Este proceso ha sido un poco lento, no sé cuándo van a construir la casa o si nos van a avisar, solo esperamos que esté lista lo más pronto posible”, señaló.
Junto a su pareja y nieto, vivió cuatro meses en un albergue habilitado en el sector. “Nos albergaron en la sede de Santa Ana, ahí estuvimos las tres familias damnificadas del sector. La primera en salir fue la familia de mi cuñada, a quien le pasaron una casita, a los tres meses salió mi otra cuñada y nosotros estuvimos cuatro meses porque cuando nos entregaron la mediagua hubo que hacer hartos arreglos, porque quedó con hartas fallas, como las ventanas no quedaron bien puestas, hubo detalles que arregló mi pareja”, destacó.
A la casa de emergencia le realizaron las divisiones interiores de la pieza y el comedor, además de una ampliación para el dormitorio de su nieto. Recordó que vivió momentos difíciles, especialmente con las lluvias. “El invierno fue duro, al principio se goteaba la casa, después, como mi pareja es maestro, él la arregló”, indicó.
Una vez que consiga el subsidio para la vivienda definitiva, ésta se construirá en el lugar donde estaba emplazada la casa que fue consumida por el fuego. Ante una nueva temporada de incendios que se avecina, Ana explicó que, a diferencia del verano pasado, los terrenos están despejados. “La casa se nos quemó porque había muchos árboles a la orilla de las casas, entonces, con esto que pasó la gente empezó a cortar árboles y está casi todo despejado”.
Villa Doña Francisca
Siete fueron las familias damnificadas en la villa Doña Francisca III, en Chillán, quienes a la fecha no han tenido respuesta de cómo será el proceso para construir sus viviendas. Los vecinos se unieron para realizar gestiones en conjunto y lograr una solución en beneficio de todos.
“Hemos estado en reuniones que duraron hasta mayo, luego en junio nos dejaron una reunión para darnos solución sobre el subsidio para construir nuestras casas. Pasó junio, julio y en agosto, entre todo el grupo en general redactamos una carta para poder mandársela al presidente, al entonces ministro Giorgio Jackson, al ministro de la Vivienda y a la Secretaría General de Gobierno. Nos respondieron el 20 de agosto diciendo que ya habían recibido nuestra carta, pero no nos mandan ninguna solución, solo que la recibieron”, aclaró Anita López, quien perdió el hogar que habitó durante 17 años.
El pasado 28 de septiembre recibieron un correo del Serviu, en Santiago, indicando que en los próximos 10 días hábiles serán llamados por el Serviu Ñuble y esperan sea para dar noticias sobre la construcción de las casas. “No hemos tenido una respuesta coherente, lógica, ni segura de nuestras casas. En las noticias de la televisión se ha dicho que toda la gente de Ñuble ya está con sus casas y eso es mentira”, añadió.
Tras quedar damnificada por el incendio, Anita recibió un subsidio de arriendo que le permitió mudarse a una casa con su esposo e hijos. “Tengo dos discapacitados en mi familia, mi esposo es discapacitado por una cadera y necesita atención y no puedo trabajar por lo mismo. Y mi hijo es un niño que tiene TEA, se desarrolla muy bien, pero igual con él he sufrido harto porque extraña la casa y a veces le dan crisis”, expresó.
El subsidio de arriendo tiene una vigencia de un año, finaliza en febrero de 2024, lo cual le genera incertidumbre de si podrá tener su casa para esa fecha o si podrá contar con un nuevo subsidio en caso de que aún no esté construida.
Pese a no tener respuestas sobre el futuro de su casa, está agradecida de la ayuda brindada por el Gobierno Regional que gestionó los subsidios de arriendo para los damnificados de la villa. También recibió alimentos, artículos para el hogar y muebles de cocina.
Anita extendió un llamado a las autoridades para que agilicen el subsidio que permita construir las casas.
“Al seremi de Vivienda y al director del Serviu les diría que se pongan las manos en el corazón, porque al final del día, ellos pasan su día en su casa, pero nosotros vivimos la angustia de todos los días no saber qué va a pasar con nuestras casas. Nosotros necesitamos nuestra casa, nuestro ambiente, nuestro sitio, nuestro diario vivir en donde estábamos ya acostumbrados con mi hijo”, acotó.
Otro vecino afectado de la villa Doña Francisca III es Cristian Castillo, quien manifestó haber asistido en reiteradas ocasiones a las dependencias del Serviu en Chillán buscando una respuesta, pero ha sido en vano.
“He estado haciendo guardia prácticamente en el Serviu para que me atendieran, porque cada vez que iba no estaban o no llegaban, hasta que un día salió la persona y me atendieron, pero me dijeron que faltaban cosas en las carpetas, y eso es puro cuento”, dijo.
Mencionó que en un principio la solución planteada consistía en “crear un subsidio aparte por la cantidad de UF que se requieren para la construcción de la vivienda que no está en los subsidios normales y para que sea participativo. La Gobernación se comprometió a entregar un monto aproximado de 300 UF, más el subsidio que era como de 1.000 UF, más lo que pudiéramos poner nosotros como particulares para poder llegar al monto que necesitamos para la construcción de las casas, pero de eso no hay nada firmado, solo palabras”.
Hoy vive con su esposa e hijo en un departamento con subsidio de arriendo a la espera de tener nuevamente una casa propia que le permita recuperar sus ingresos económicos, pues los trabajos de mueblería a los que se dedica se han visto afectados por falta de espacio.
“Me he visto afectado en mi trabajo de mueblería porque yo tenía mi taller en el patio de mi casa y en el departamento obviamente estamos limitados, no hay patio, no hay donde trabajar, entonces a mí los ingresos mensuales se me van abajo, porque yo realizaba trabajos particulares y los ejecutaba, ahora ya no puedo hacer eso porque obviamente no tengo dónde hacerlos”, se lamentó.
Cuestionó que los primeros días que se registraron los incendios forestales “todas las autoridades salían en la televisión y en las fotografías, estaban pendientes de salir todos los políticos de la zona. Pero después que pasó el suceso, todos desaparecieron mágicamente y cuando uno va a tocar puertas para saber respuestas, simplemente no están”.
Esperanzados
En el sector de Buenos Aires, en Portezuelo, Luz Llanos Fuentes perdió su casa, al igual que sus padres, el 28 de enero cuando comenzaron a registrarse los incendios forestales con mayor intensidad. Tras quedar sin hogar se mudó a la casa de su abuela junto con su hija, en la zona urbana de la comuna.
Pocos días después recibió la vivienda de emergencia, la cual no habitó hasta hace un mes tras ampliarla y acondicionarla. “Las viviendas de emergencia llegaron muy rápido, a mediados de febrero, las instalaron, pero después hubo dificultades con el tema de la electricidad, entonces era imposible habitarlas. Construirla también se demoró un poco, pero más que nada fue el tema con la empresa Copelec que finalmente, de tanto llamarlos, fueron a hacer las instalaciones, la bajada y la conexión”, señaló.
El pasado mes de junio efectuó los trámites necesarios para poder postular al subsidio del Serviu para la construcción de la vivienda definitiva en el terreno que ocupó su antigua casa. “Hay un grupo que creo que ya está aceptado, pero a nosotros todavía no nos han dicho nada”, indicó.
“Nosotros lo hemos conversado y creemos que como esto sucedió a lo largo del país, en varias regiones, sabemos que hay a lo mejor otras prioridades, pero tenemos la fe de que las casas definitivas van a llegar en algún momento y sabemos que no es tan rápido, que aproximadamente se demora alrededor de un año, puede ser como mínimo”, agregó Luz.
“Agradezco al Gobierno Regional porque con nosotros se portó muy bien, no nos dejaron nunca solos. Estuvieron muy pendientes de nosotros visitándonos, con contención, brindando ayuda”, resaltó.
Balance de reconstrucción
El Ministerio de Vivienda y Urbanismo lleva adelante dos procesos de reconstrucción, ejecutados por el Serviu, que permitirán que las familias damnificadas accedan a su vivienda definitiva. Se trata del Programa de Habitabilidad Rural DS 10 y el Programa Fondo Solidario de Elección de Vivienda DS 49.
Respecto al Programa DS10, vía asignación especial de recursos propios de Ñuble, se entregaron 30 subsidios de reconstrucción en Coelemu (6), Ninhue (4), Quillón (12), Quirihue (3) y Ránquil (5). Estas viviendas cuentan con living, comedor, 2 dormitorios, cocinas, corredores, cubierta formato teja continua, (revestimiento interior de madera, espacio despensa, estufa eficientes y termo cañón en algunos casos), en una superficie que varía entre los 62 y 70 m2.
“La etapa de postulación de viviendas fue dividida en dos, uno de los programas es por vía ‘Asignación Directa’, del Programa Habitabilidad Rural DS10, Construcción sitio residente, las cuales se transformaron en 26 soluciones, de ellas todas tienen inicio de obra en diferentes niveles de avance y tres de ellas en proceso administrativo para su pronta entrega en las comunas de Quillón y Coelemu”, informó el seremi de Vivienda, Antonio Marchant.
“La segunda etapa fue a través del llamado nacional de reconstrucción por resolución exenta 597, la cual ha significado la entrega de 86 subsidios a familias afectadas. Posterior a ello, el Ministerio de Vivienda, a través de Serviu, organizó reuniones de vinculación a empresas para que los beneficiarios pudieran elegir el modelo de casa a reconstruir”, agregó.
Destacó que estas 86 soluciones están en proceso de permisos de edificación, cuyo trámite está a cargo de las empresas patrocinantes.
“Es necesario comentar que los procesos de reconstrucción son diferentes para cada familia, ya que, de las 486 viviendas incendiadas, sólo el 25% cumple con los requisitos para reconstrucción que son principalmente, que sea su única vivienda, que su terreno esté regularizado o en trámite de ello”, subrayó Marchant.
De acuerdo al Minvu Ñuble, el 50% de las viviendas debería estar construidas en diciembre del 2023 y el resto, en marzo de 2024.
Por otra parte, existe plan de regularización de emergencia para que los damnificados puedan obtener los títulos de dominio de sus terrenos y así acceder a los beneficios del Estado. “Es en coordinación con el Registro Civil para acelerar posesiones efectivas y con Bienes Nacionales para disminuir el tiempo de los procesos de regularización. Hemos realizado Gobiernos en Terreno informativos y con apoyo jurídico en las comunas de mayor afectación; además, se han realizado charlas informativas a las familias afectadas y equipos municipales para buscar las alternativas que se adecuen a la realidad de quienes solicitan el beneficio”, sostuvo el seremi, y agregó que “existe para familias damnificadas que cuenten con terreno en zona de riesgo, la alternativa de aplicar a un subsidio de adquisición de vivienda construida en otro lugar para no exponerse a futuros incendios”.
En tanto, el director del Serviu, Roberto Grandón, destacó que el plan de reconstrucción que se está ejecutando “es coherente con los ejes definidos por nuestro Gobierno, esto es: que sea oportuno acotando los tiempos de construcción de las soluciones habitacionales definitivas, que sea eficiente y con participación de las familias afectadas y por último, que responda al sentido de pertinencia territorial orientada a mejorar la calidad de vida de las comunidades desde un enfoque de desarrollo resiliente frente a los desastres”.