Señor Director:
Si bien las actualizaciones al currículum son necesarias para que los estudiantes reciban una educación coherente con los desafíos
del siglo XXI, no podemos ignorar un problema urgente y previo: la deserción docente.
Actualmente, se estima que el 30% de los nuevos educadores abandonan el aula después de solo cinco años de ejercicio (CIAE) y se
proyecta que habrá un déficit de 33 mil docentes para el año 2030 (Elige Educar). Esta situación es alarmante y requiere de una atención
inmediata. No es posible lograr avances significativos en la calidad de la educación sin contar con educadores comprometidos y capa-
citados. Por lo tanto, es fundamental no solo actualizar los contenidos educativos, sino también fortalecer las políticas de formación y
acompañamiento a docentes, quienes finalmente son los responsables de implementar esos cambios. En esa línea, en Chile contamos
con un sistema nacional de inducción para acompañar a los docentes nuevos, no obstante, es preocupante que en casi ocho años solo
se haya alcanzado al 1% de la población elegible. Es evidente que se requiere un mayor esfuerzo y recursos para ampliar el alcance de
este sistema y brindar apoyo a más educadores.
Reforzar las políticas de formación y retención docente debe convertirse en una prioridad si queremos ofrecer una educación integral
y acorde para enfrentar los desafíos actuales. Esto implica brindar oportunidades de desarrollo profesional, mejorar las condiciones
laborales y reconocer la importancia de la labor docente en nuestra sociedad.
Florencia Mingo
Directora ejecutiva Impulso Docente