Señor Director:
Se aproxima el verano y consigo las vacaciones cuando, al existir una mayor cantidad de días soleados, aumentan los panoramas al aire libre. Asimismo, las personas comienzan a manifestar preocupación por el cuidado de la piel, olvidando que los efectos que el sol genera en nuestra piel ocurren a lo largo de todo el año, inclusive en días nublados.
La exposición al sol sin tomar los cuidados necesarios va produciendo un daño acumulativo, lesionando el ADN de las células y, a su vez, va generando la incapacidad para su reparación, produciendo la aparición de carcinomas y, por otra parte, la luz UV puede generar mutaciones a nivel genético. De acuerdo a cifras dadas a conocer por el Observatorio Global del Cáncer (OMS, 2020) se observaron más de 800 casos nuevos de cáncer de piel tipo melanoma en nuestro país y, según cifras del Departamento de Estadísticas del Ministerio de Salud, entre los años 2006 y 2016 las muertes asociadas al cáncer de piel se incrementaron en un 20%; alzas que pueden tener por origen el carácter silencioso y carente de sintomatología de las primeras etapas de esta patología, lo cual da paso a su rápido avance. Lo anterior realza la relevancia de las conductas preventivas y la necesidad de adquirir hábitos de autocuidado; dentro de los cuales destacan el buscar lugares con sombra, evitar exponerse a la luz directa del sol, utilizar ropa que proteja de los rayos del sol, utilizar lentes que tengan protector UV, evitar la exposición al sol entre las 11:00 y las 16:30 horas y utilizar protector solar contra radiación UVA/UVB de al menos FPS 30 al menos tres veces al día.
Pía Bustamante Barahona
Académica Enfermería USS