Hace seis meses el Presidente de la República, Sebastián Piñera, sobrevolaba Ñuble, específicamente en la zona donde se emplazará el proyecto emblemático de la región, el embalse La Punilla. Tras su aterrizaje, llegó hasta el Regimiento de Infantería N° 9 para reunirse con las principales organizaciones y gremios, encabezados por la Junta de Vigilancia del Río Ñuble, para darles una noticia alentadora: seis meses como plazo para destrabar el proyecto y ejecutarlo.
Dicho anuncio fue clave, ya que si bien el contrato de concesión fue adjudicado en 2016, aún no comienzan las obras. Según el MOP, debido a un incumplimiento contractual grave por parte de la concesionaria -el aumento del capital de la sociedad- demandaron el fin del contrato ante una comisión arbitral en septiembre de 2019, sin embargo, han pasado 17 meses y aún no existe un pronunciamiento, debido a que en el contexto del Estado de Excepción la comisión arbitral suspendió sus funciones. Por ello, el anuncio del Mandatario generó expectativas entre los regantes y redujo la incertidumbre.
Pero luego de transcurridos esos seis meses, la frustración en el seno de la organización de regantes es total. Así lo manifestó el presidente de la Junta de Vigilancia del Río Ñuble, Fernando Rueda. “Estamos bastante incrédulos entre las promesas y los hechos concretos. Sentimos que cada vez que el Gobierno anuncia algo, es finalmente para descomprimir la tensión y las críticas”.
Rueda comentó que no es una excusa la pandemia que ha afectado al país, “puesto que el 20 de agosto pasado, cuando el Presidente se comprometió con los ñublensinos a terminar con esta incertidumbre en seis meses, sabía perfectamente que hoy todavía estaríamos con emergencia sanitaria”.
“Y aquí estamos, seis meses exactos después, seguimos a la espera. La Punilla se entregó en concesión en 2016 y aún no comienza su construcción. En septiembre de 2019, el MOP solicitó caducar el contrato ante la comisión arbitral, sin embargo, el análisis por parte de dicha comisión está paralizado”, agregó.
Tampoco, según los regantes del Ñuble, es un argumento el impedimento legal de la comisión arbitral para sesionar, porque la solicitud de caducidad del actual contrato se realizó seis meses antes de que comenzara la pandemia por coronavirus.
En su última visita a Ñuble, el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, confirmó que “la comisión arbitral no puede funcionar mientras haya estado de excepción, entonces la comisión no opera. Efectivamente, nosotros estimamos que apenas la comisión vea el tema, debiera demorar no más de seis meses en tomar una decisión, y que estimamos va a ser favorable a que la concesión debe terminar. Pero requerimos que la comisión pueda operar, y legalmente no lo puede hacer mientras estemos en estado de excepción. Eso ha sido un problema que no ha hecho posible llegar a través de la comisión arbitral al término del contrato de la empresa Astaldi, que es una de las vías más fáciles de ponerle fin al contrato”.
Ante la evolución de los hechos, los regantes ven como poco probable que el actual Gobierno cumpla con el compromiso de concretar la mega obra, hipotecando, según ellos, el progreso agrícola y económico de una de las regiones más pobres del país.
Proyecto
La Punilla es la mayor obra del plan nacional de embalses y representará una inversión total cercana a los US$500 millones. Permitirá dar seguridad de riego a 70.143 hectáreas en San Carlos, Chillán, Coihueco, Ñiquén y San Nicolás. Se emplazará en la zona alta del río Ñuble -en San Fabián y Coihueco-, e inundará 1.752 hectáreas.