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En opinión del productor y dirigente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, Carlos Smith Croxatto, una herramienta eficaz para reducir la incertidumbre en el mercado del trigo harinero es la agricultura de contrato, que opera en el rubro del trigo candeal -utilizado para elaborar pastas- donde existen dos grandes compradores industriales: Carozzi y Luchetti; no obstante, advirtió que no es una solución fácil de implementar por parte de la industria molinera.
“Claramente, la solución no es sembrar menos trigo. Sugerir sembrar menos cuando ya se siembra mucho menos, yo creo que el mercado no lo vamos a regular sembrando menos, porque el trigo en Chile no sobra, de hecho, importamos cerca del 60% de lo que consumimos”, afirmó el agricultor en Radio La Discusión.
Consultado por las razones técnicas esgrimidas por la industria para preferir el trigo importado, ya que cada vez valora más el grano con mayor proteína, Smith recordó que recientemente participó en una reunión en conjunto con la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), gremios de distintas regiones y representantes de la molinería, en la que se abordó este tema.
“Históricamente, en los últimos 30 años, la propia molinería ha clasificado los trigos como débiles, intermedios y fuertes, en que estos últimos son los que tienen mayor proteína; pero ahora nos dicen que esa segmentación no es lo que les interesa, ya que ellos necesitan, para un trigo fuerte, ciertos atributos específicos que inciden en la calidad de la masa, son características muy técnicas, que nosotros, como productores, no las conocemos. Lo que nosotros hacemos es, a partir de una variedad que produce el INIA o una que alguna empresa importa, probamos ese trigo y vemos si agronómicamente nos sirve, y lo segmentamos como intermedio o fuerte, que son los trigos que tienen más valor. Entonces, ante esta sorpresa, nosotros les preguntamos, ¿cuáles de las variedades que estamos produciendo en Chile les sirven?, ¿cuáles serían equivalentes al trigo que ellos importan? Bueno, no supieron contestarnos qué variedades de las que tenemos les servirían a ellos para lo que necesitan en la molienda”, relató.
“A mí, eso me sorprendió mucho- continuó Smith-, porque hoy, cada camión de trigo que entra a un molino es muestreado, y se sabe cuáles son las variedades. Son cerca de treinta las que están en uso, eso es el mercado en Chile. Entonces, que la molinería diga que no sabe cuáles variedades les sirven y que señalen que el conjunto de lo que nosotros les entregamos no les sirve, estarían justificando por qué no están dispuestos a pagarnos lo que pagan por el trigo importado. En esta reunión nos aseguraron que les interesa el trigo nacional, porque para ellos es complejo importar, es compleja la logística, por lo que preferirían comprar trigo nacional, pero que no lo hacen porque el trigo nuestro no reúne las condiciones del trigo importado, entonces, a mí me parece que estos últimos cuarenta años que hemos estado en esta lucha no hubiesen servido para nada, porque estamos en fojas cero”.
El dirigente reconoció que, tras la reunión, se quedó con la sensación de que se trata de una excusa para no pagar más. “Es una sensación de que nos revolvieron el agua, para seguir en esta cosa media turbia sin ver qué hay al otro lado”, expresó Smith.
Por otro lado, valoró que exista una instancia de diálogo con la industria. “Lo mejor es que estamos conversando y en esta conversación lo que más me gustó es que fue franca, y no fue una discusión para hablar del precio; lo que hoy necesitamos es tener la certeza de que nuestro producto les interesa, porque si la molinería no lo quiere comprar, no se puede producir, porque no tenemos mercado para exportarlo”, puntualizó.
Agricultura de contrato
Según el dirigente, el país tiene ventajas para ser exportador de trigo candeal, cuya superficie ha ido creciendo de manera sostenida en los últimos 15 años, lo que permite satisfacer el 100% de la demanda de la industria. Precisamente, la región de Ñuble es la principal productora de trigo candeal, aseguró.
Explicó que en el trigo candeal opera un sistema de contrato con los dos principales compradores, en que se usa como referencia el precio del trigo de11,5% de proteína en la Bolsa de Chicago. Recordó que esto se logró hace más de diez años, al alero de reuniones entre los productores, la industria y Odepa, del Ministerio de Agricultura. Destacó que, si bien, al sembrar trigo candeal no conocen el precio al que venderán, ya que el precio de referencia es fluctuante, sí existe la certeza de que se respetará un parámetro, “y eso es lo que ha permitido que hoy, a diferencia de hace diez años, la industria se abastezca”.
Para lograr este tipo de acuerdos, acotó Smith, “el rol del ministro de Agricultura es importante. Y lo esencial es que el ministro entienda de agricultura, y el actual ministro no entiende de agricultura, yo lo siento por él, lo conozco, no tengo nada contra él, pero reconozco que él, de agricultura, no sabe”.
Consultado por la posibilidad de los contratos en el trigo harinero, el dirigente indicó que ese tema también se abordó en la cita con la industria. “Pero a la industria no le pareció una buena idea. “Ellos argumentaron que no podían exigirnos sembrar una variedad X a un precio preestablecido o con un precio de referencia, lo que encontré muy raro, porque obviamente, yo no le puedo exigir a la industria que me compre una variedad X; lo que nosotros sosteníamos en la reunión, es un contrato que establezca las características del trigo que quiere la industria, donde se puede usar como referente el precio que sea del trigo equivalente en la Bolsa de Chicago; pero, por otro lado, también aquí nos hemos pisado la cola, porque muchas veces cuando se habla de estas cosas, se tiene miedo que la Fiscalía Nacional Económica se meta y diga que nos estamos coludiendo”.