Hasta el momento, solo un obstáculo se interpone ante la Municipalidad de Chillán y el proyecto de instalar lo que sería el séptimo servicio de crematorio en el país en el cementerio municipal.
Se trata del cruce de un tramo del Canal de La Luz que lo atraviesa de norte a sur, por los casi 200 metros que tiene de ancho el campo santo y que, mientras no se entube, no es posible conseguir la autorización sanitaria por parte de la Seremi de Salud, condición que además no permite la realización de ningún proyecto o posible ampliación del recinto.
Lo anterior fue expuesto en reunión de Concejo Municipal, por parte del alcalde Camilo Benavente, quien advertiría con posterioridad que se trata de una inversión que involucrará varios millones de pesos, sin embargo, el canal -en teoría legal- es para uso y goce de quienes lo ocupan para sus terrenos, al costado sur del cementerio.
Por lo tanto, una de las opciones que se barajan es la de entubarlo con fondos municipales, pero con posterior cargo a los particulares que lo utilizan con fines de regadío y lo convierten en un canal privado.
El que la Seremi de Salud tenga palabra sobre el canal que atraviesa el cementerio es resultado de un proceso que parte en 1982, año en que la enorme mayoría de los entonces llamados “Cementerios Generales”, pasan a ser administrados por las respectivas municipalidades, como fue el caso de Chillán.
Desde 1982 hasta el 2018 quien visaba las resoluciones sanitarias de cada cementerio pasó a ser el Servicio de Salud; con la transformación de Ñuble en región, en septiembre de 2018, los permisos y las visas los otorga la seremi del ramo.
“Y mientras no consigamos encapsular este canal que pasa por el medio del cementerio, no solo se podría trabar el proyecto del crematorio, sino que también la ampliación del cementerio, lo que es muy importante porque al lugar le queda una vida útil de no más de tres o cuatro años”, advierte José Rubilar, administrador del recinto.
Añade luego que este problema de no contar con los permisos de salud quedó al descubierto, precisamente, en los últimos años, debido a la necesidad de presentar permisos para un mejor funcionamiento que se ha hecho en los últimos años por parte del cementerio.
“Como está ese canal, debido a los riesgos de anegamiento que reviste, esos permisos se nos han negado”, destaca.
Respecto al costo que -en teoría- significaría el entubamiento del canal, José Rubilar, lo estima entre los 70 y los 120 millones de pesos.
El séptimo en Chile
En el ideal que se supere el detalle técnico del canal que cruza el cementerio, todo parecería presagiar que la instalación de un servicio de crematorio en el Cementerio Municipal sería inminente.
Es más, el alcalde Benavente explicó en la reunión de Concejo que los valores que los equipos tenían hace dos o tres años, han “bajado mucho más de la mitad, es decir, si antes costaba 100 ahora cuesta 40”, dijo.
La determinación es tal que ya le solicitaron a la unidad de arquitectura de la municipalidad que trabajaran en el proyecto del lugar en el que se espera instalar el crematorio.
A priori, se habla de un espacio de cerca de 90 metros cuadrados que contendrá los, a lo menos, dos hornos que exige la ley.
El lugar contaría con recepción, sala de espera y estacionamiento y estará ubicado en el sector suroriente del cementerio, sitio donde hasta hay una vivienda que, anteriormente, ocupaba un funcionario del lugar.
De concretarse, el de Chillán, se transformará en el séptimo crematorio del país, junto a Santiago, Antofagasta, Viña del Mar, Concepción, Temuco y Puerto Montt.
Respecto a los costos del servicio, “hoy está costando en promedio un millón 200 mil pesos, dependiendo de la ánfora que se escoja. En contraste, en este cementerio se vende un predio en un millón de pesos, en el que se puede sepultar a seis personas”, explicó el administrador.
“Para la ciudad sería muy importante construir un crematorio en el Cementerio de Chillán”, comentó el alcalde Camilo Benavente, quien comentó que la semana pasada, visitó el camposanto chillanejo para conocer el problema pendiente del canal “que una vez resuelto permitiría el saneamiento del recinto municipal y permitir ampliar la extensión del terreno municipal”.
Si todo sale según lo planificado, el crematorio podría estar funcionando en 2022.
300 mil personas
Según cifras de la administración del cementerio, actualmente hay cerca de 300 mil personas sepultadas en el Cementerio Municipal, siendo los más antiguos de al rededor del año 1880.
Si a esto se agrega que tras la aparición de la pandemia del coronavirus, la venta de terrenos en los cementerios públicos de Chillán y Quinchamalí aumentó cuatro veces, se entiende que la velocidad con la que se están acabando los espacios para más cupos es algo que también debe ser zanjado en los próximos años.
Y aunque actualmente se siguen habilitando terrenos para la construcción de mausoleos y nichos, la vida útil del cementerio no se podría extender por más de tres años en promedio.
La opción es la compra de terrenos aledaños. Para evitar que los propietarios suban los precios de manera desmesurada, se podría hacer uso de la facultad legal del cementerio para poder expropiar si no se llega a acuerdo con alguno de los particulares.
Pero antes, se debe entubar el canal y conseguir la autorización de salud.