Señor Director:
El aumento de las tasas de interés, sumado a las disminuciones en los plazos de los créditos hipotecarios, están acabando con el sueño de la casa propia para muchas familias de clase media.
En ese contexto, quedarán proyectos sin venderse y algunas personas, que estaban en etapa de consolidación del crédito, se desistirán al ver el significativo aumento que tendrá la cuota de su crédito. El mismo Banco Central proyecta para el bienio 2022-2023 bajo dinamismo en la construcción de nuevos proyectos. Lo anterior podría significar una ralentización en este sector, y para tratar de deshacerse del stock de viviendas listas para entrega, las inmobiliarias podrían promover opciones de oferta que pueden ser aprovechadas por inversionistas que tengan recursos líquidos para adquirirlas, sin tener que acceder a financiamiento. Para el resto de las personas, que requieren crédito para comprar una vivienda, existe gran probabilidad de que posterguen su decisión de compra con las restricciones actuales.
La denominada clase media es aquella que accede a inmuebles en un rango de precio por sobre las 2.000 UF. Para las viviendas más económicas, existen subsidios y ayudas estatales para ser propietario, beneficios que no llegan a los segmentos medios.
Karin Bravo Fray
Directora de Postgrados USS
