Durante la jornada de ayer, en dependencias de la Cámara Chilena de la Construcción de Chillán, fue presentado pormenorizadamente el ICVU (Indice de Calidad de Vida Urbana) que tiene como objetivo aportar al diseño de políticas públicas y a la focalización de recursos destinados a mejorar las condiciones de vida de las personas que habitan en diversas comunas del país.
A mediados de mayo, este estudio liderado por la CChC y el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, ya había liberado parte de sus conclusiones y en ellas se destacaba que mientras la comuna de Chillán había aumentado sus niveles de calidad de vida, pasando de una categoría “Media-Baja a Media-Alta”; las de Chillán Viejo y la de San Carlos se mantuvieron en una categoría “Nivel Bajo”. Todo respecto al periodo observado entre 2020 y 2021.
En esta oportunidad, fue el propio director del estudio, el profesor Arturo Orellana, e investigador del Núcleo de Investigación sobre Gobernanza y ordenamiento territorial de la Pontificia Universidad Católica, quien realizó la ponencia en la que hubo representación del Gobierno Regional, a través del Serviu, consejeros regionales, concejales, el alcalde de Chillán Viejo (Jorge del Pozo) entre otras autoridades y representantes de diversas reparticiones públicas, además de los integrantes de la Cámara de Comercio.
El profesor Orellana explicó que el estudio se realizó en las 99 comunas del país que superan o bordean los 50 mil habitantes y se midió el estándar de calidad de vida con base en seis dimensiones: Condiciones Laborales, Ambiente de Negocios, Condiciones Socioculturales, Conectividad y Movilidad, Salud y Medio Ambiente, y -finalmente- Vivienda y Entorno.
Y tal como se había anticipado, Chillán figura avanzando de un nivel Medio bajo a uno Medio Alto; mientras que San Carlos y Chillán Viejo permanecen en la categoría Nivel Bajo que ya presentaban hace unos años.
Favorecida por el centralismo
Para explicar este salto de categoría que experimentó la capital regional de Ñuble, el profesor Orellana apunta que “ha ido consolidando su rol de ser una capital regional y no provincial. Al mismo tiempo, ese proceso de descentralización le ha ido entregando a la región una cantidad de recursos que ha sido mayormente capitalizada por Chillán. Esto es algo que vemos en muchas regiones del país”.
Así, mientras que dentro de las dimensiones de Ambientes laborales, Chillán -por ejemplo- presenta 30,10 cajeros automáticos por cada 10 mil habitantes, Chillán Viejo cuenta con solo 3,57 y San Carlos con 18,79.
En este mismo ítem hay un promedio de 68,90 metros cuadrados de obra aprobada para Servicios en Chillán; versus 4,22 mt2 en Chillán Viejo y 4,34 mt2 en San Carlos.
Menos dispar asoma la creación de nuevas empresas en este periodo. En Chillán se crearon 77,45 por cada 10 mil habitantes, 89,05 en Chillán Viejo y 79,47 en San Carlos.
En cuanto a la Dimensión Socio Cultural, destacan valores como el que mientras en Chillán el 50,33% de los alumnos de establecimientos municipales que rindieron la PTU obtuvieron sobre 450 puntos; en Chillán Viejo solo un 37,31% superó ese puntaje; y en San Carlos, el 44,46%.
Sí hubo mayor paridad en la tasa de denuncias por Violencia Intrafamiliar entre Chillán (63,52 por cada 100 mil habitantes), Chillán Viejo (67,45%) y San Carlos (52,49). Mientras que en cuanto a embarazos adolescentes, en Chillán la tasa es de 68,43, en Chillán Viejo es de 64,19 y en San Carlos es de 61,30.
Respecto a la dimensión de Conectividad, las diferencias son evidentes: 51,09 de cada mil personas en Chillán cuentan con conexiones residenciales fijas a Internet. En Chillán Viejo la tasa es de 21,53, y en San Carlos, es de 17,12.
La tasa de mortalidad infantil es uno de los indicadores de Salud y Medio Ambiente. Chillán presenta una tasa de 66,91 por cada 100 mil habitantes; en Chillán Viejo la tasa marcó un 58,27; y la de San Carlos es de un 0%.
Ricardo Salman, presidente de la CChC, a modo de conclusión, dijo que “la inversión, tanto pública como privada, viene creciendo fuertemente en Ñuble desde que somos región, y es la inversión la que genera el progreso y desarrollo de las ciudades, y con ello mejoramos la calidad de vida de sus habitantes, la cual es medida por el ICVU y hemos visto que ha mejorado su resultado en el año 2022. Enfrentamos el desafío de seguir creciendo como ciudad y a la vez de seguir mejorando el indicador de calidad de vida a través de sostener el crecimiento en la inversión. Y a esto nos va a ayudar una vez terminemos el proceso de instalarnos como región”.