Señor Director:
Muchas personas al recordar la estadía en un hospital o el haber vivido una enfermedad grave, la describen como los peores recuerdos de sus vidas y esto lo hacen no solo por el dolor físico vivido, sino también por el sufrimiento psicológico y espiritual que padecieron.
La pandemia del COVID- 19, sin duda, ha sido la crisis sanitaria de mayor envergadura de los últimos cien años y ha dejado de manifiesto la necesidad de fortalecer el cuidado de lo invisible, porque la persona enferma una vez contagiada comienza a experimentar una serie de sensaciones que se van acrecentando incluso con la hospitalización, manifestando sentimientos de angustia, incertidumbre y soledad por la separación de su familia o seres queridos, sintiéndose frágil, vulnerable e indefensa, con miedo al dolor, a la muerte o a las secuelas que pueda presentar al final de la enfermedad si sobrevive.
Es un constante desafío para todos los técnicos y profesionales de la salud en Chile brindar la importancia del cuidado de lo invisible con actitudes, tratos y actos respetuosos, delicados, amables y empáticos, porque las últimas décadas hemos aprendido mucho sobre tecnologías y el tratamiento de las enfermedades, pero quizás hemos olvidado el cuidado del sufrimiento humano en sus otras dimensiones.
Beatriz Arteaga
Directora Enfermería UDLA