Un golpe inesperado que generó miedo, incertidumbre, frustración, tristeza, rabia e impotencia.
En eso se tradujo la sorpresiva y avasalladora irrupción del covid-19 en Chile, que congeló la planificación de deportistas de alto rendimiento y paralizó el deporte en el mundo con efectos multidimensionales.
Las asociaciones y organismos médicos deportivos han advertido de que una interrupción indeseada e indefinida de la actividad profesional de los atletas y su aislamiento podría acarrear, entre otras consecuencias, miedo a quedarse atrás en la preparación física, pérdida de los apoyos familiares y sociales por el confinamiento, preocupación por los posibles contagios de Covid-19 de familiares y amigos, miedo a la enfermedad, tendencia a pensar excesivamente sobre el futuro y los próximos pasos que debería dar y preocupaciones financieras.
Esta inesperada situación de adversidad, puede llevar a problemas anímicos y cuadros de ansiedad. Sobre todo, si ya había patologías previas como insomnio, trastornos obsesivos compulsivos o incluso depresión, que en este estado podrían agravarse. Los deportistas se enfrentan a varias fases de transición en su carrera, pero siempre estos cambios son previsibles y están de alguna manera bajo control.
Cuando una interrupción de la actividad es en contra de su voluntad, las consecuencias que tiene la parada se pueden comparar a las de una lesión o las del retiro o jubilación deportiva.
Estrés
El sicólogo deportivo Eliot Brito, quien trabaja con deportistas que están en el alto rendimiento, considera que el coronavirus se transformó en una tremenda prueba emocional para estos exponentes, que debieron adaptarse a nuevas rutinas de entrenamiento, presos de la incertidumbre sobre cuándo podrían volver a competir y en algunos casos, de la ansiedad, la angustia y la depresión.
“Cuando se declaró la pandemia en Chile, lo primero que embargó a los deportistas fue mucha incertidumbre sobre la realización de sus torneos y eso luego generó mucho estrés porque no sabían para qué se estaban preparando. Yo dividiría en dos partes este proceso”, explica Brito.
“El primer semestre fue de adaptación, adecuarse a las nuevas metas, eso les costó, hubo desmotivación inicial por la evolución de la pandemia, angustia, ansiedad y hasta cuadros depresivos, pero después en el segundo semestre, los deportistas estaban más equilibrados emocionalmente y los niveles de frustración bajaron porque ya sabían que la nueva meta era mantener la condición física, contar con implementos para trabajar ese aspecto”, detalla.
“Terminando este año, hay un poco de incertidumbre, pero menor, porque los torneos on line y algunos presenciales y la llegada de la vacuna, despierta la esperanza, pero la resiliencia típica de los deportistas ayudó a trabajar la frustración y motivación”, sentencia Eliot Brito.
Mucha incertidumbre
El sicólogo deportivo Alexi Ponce, quien trabaja con deportistas de alto rendimiento del CAR, fue el sicólogo deportivo del seleccionado de hockey patín femenino de Chile, “Las Marcianitas”, que fueron campeonas del mundo, y además es el sicólogo de Ñublense, subraya que los exponentes del alto rendimiento, en especial los futbolistas, demostraron una paulatina capacidad de adaptación.
“Cuando en marzo se paraliza el fútbol chileno, hubo mucha incertidumbre. Primero se dijo tres semanas y esto se fue expandiendo, lo que generó sorpresa, duda. Pero el deportista de alto rendimiento está entrenado para levantarse ante estos golpes fijándose metas cortas. Objetivos alcanzables de acuerdo al contexto y realidad que se vive”, reflexiona.
“El deseo de volver a competir y jugar, obligó a cada jugar a cuidar de su entorno y sus cuidados. Se trabajó en que cada jugador tomara conciencia del contexto nuevo de con preocupación y responsabilidad. Ha sido un periodo de adaptación en el que los deportistas han demostrado su capacidad de adaptabilidad si son bien guiados”, sentencia.
Entrenamiento y datos
El doctor en Ciencias de la Actividad Física y Deporte, Fernandes Da Silva, recalca que las lesiones en los deportistas fue otro efecto de la pandemia.
“En los tiempos actuales de pandemia es necesario buscar objetivos más pequeños y realizar una planificación más acotada. Podemos planificar el deporte, puede realizar una planificación, porque podemos controlar el ejercicio y definir objetivos más cortos con la mantención de la condición física y buscar objetivos más próximos, que mantengan un rendimiento deportivo aceptable”.
El preparador físico de Ñublense, Claudio Muñoz, recalca que en el fútbol, para evitar lesiones, fue clave “manejar las cargas de trabajo, dosificar e ir graduando la exigencia. Cuando se trabaja de manera remota u on line, no se puede equiparar el nivel de ejercicios o exigencia en potencia y velocidad que se desarrolla de manera presencial en el hábitat natural y con mayor espacio, porque se pueden producir lesiones. Primero, buscando sumar kilometrajes y luego trabajando velocidad y potencia”.
El médico nutriólogo Theo Pérez-Gerdel, revela que la nutrición de los deportistas también se vio alterada por el encierro, la baja en las cargas de actividad física, el desorden de los horarios y la escasa movilidad en tiempos prolongados de cuarentena, sin competencias.
“Esto afectó directamente la calidad y el consumo de macronutrientes de proteínas, carbohidratos y grasas. Sin embargo, creo que hay un tema diferente y mucho más preocupante, la cronodisrupción y la interrupción de los ciclos de sueño y de los hábitos de alimentación que hacen que nuestro ciclo circadiano cambien. Algunos deportistas no desayunaban a tiempo, no toman sus colaciones post entrenamientos en la mañana o cambian las horas del almuerzo. Esto afecta el comportamiento nutricional del individuo ya que todos los macronutrientes pueden alterarse. Creo que ese es el problema más grande, actualmente no estamos manteniendo el ritmo horario que teníamos antes. Las comidas pre entrenamientos son muy importantes porque definen nuestra respuesta ante la actividad física, las reservas y la reposición de glucógeno muscular, por eso los cambios de horario son el mayor problema que tenemos”, puntualiza.
Un estudio realizado por el Comité Olímpico de Chile (COCh), resaltó que un 60% de los deportistas piensan que la calidad de sus entrenamientos decayó considerablemente durante esta pandemia, mientras un 18% se sintieron desmotivados por la inestabilidad de sus entrenamientos y sólo el 22% cree han mantenido la calidad. Por otra parte, el estudio a cargo del psicólogo deportivo Felipe Fuenzalida, reflejó una preocupante cifra: 81% de los atletas manifestaron que han sentido ansiedad en este periodo, contra sólo 16% que no lo hizo y 2,2% señaló no sentir nada.
En respuesta a la ansiedad, 34,7% de los deportistas afirmaron que la combaten ingresando a las redes sociales y 15,5% admitió que come más de la cuenta.
La sentencia del presidente del COCh, Miguel Ángel Mujica, parece resumir el nuevo sello de los deportistas de alto rendimiento para encarar el 2021.
“Los deportistas han cultivado distintas herramientas a lo largo de su carrera y hoy es el momento de usarlas para lidiar con la ansiedad y la incertidumbre”.