¿Cotización adicional o impuesto al trabajo?
Señor Director:
Uno de los temas que ocupa la agenda económica en estos días es el proyecto de reforma a las pensiones. El punto que genera mayor discrepancia en este proyecto corresponde al 6% adicional de cotización de los trabajadores. Hoy en día la cotización obligatoria corresponde a un 10% de nuestra renta bruta para, en un futuro, contar con esos fondos. Así y todo, pareciera que este 10% es una cifra baja y no cubriría nuestras necesidades futuras de renta. Sumado a esto, los retiros de los fondos de pensiones entre los años 2020 y 2021 crearon una población aún más desprotegida en el futuro. Ahora bien, lo que plantea inicialmente el proyecto es que este 6% sea de cargo del empleador y que la totalidad de esta cotización adicional forme parte de un fondo común que vaya en pro del mejoramiento de las pensiones de la población. Visto de esta forma entonces, esta cotización adicional no formaría parte del ahorro personal de los trabajadores, sino de las arcas fiscales, tal como se hace con los impuestos. ¿Por qué entonces se habla de una cotización adicional? Bajo este espectro, estamos hablando de un impuesto de cargo del empleador por cada trabajador que tenga, es decir, se está incorporando un impuesto al trabajo, lo que en un futuro podría incentivar a las empresas a la no creación de empleos formales o bien a la precarización del trabajo, lo que conlleva a un incipiente aumento del desempleo. Es indiscutible que las pensiones de la población deben mejorar, pero a qué costo.
Leonardo Besoaín
Académico Escuela Contador Público y Auditor UST