Pese al persistente llamado de las autoridades regionales a quedarse en casa y a respetar la distancia física para prevenir nuevos contagios de Covid-19, aún continúan las largas filas y aglomeraciones en el centro de Chillán, principalmente en notarías y bancos donde ñublensinos acuden a realizar trámites, compras y actividades laborales.
Incluso durante este mediodía pobladores realizaron una protesta por las calles céntricas que terminó con siete detenidos.
Aparentemente la movilidad en la capital regional se mantiene, en un escenario donde los casos acumulados de coronavirus, ya superaron los 2 mil y los casos activos llegan a 626 en la región de Ñuble, según el último informe epidemiológico del Ministerio de Salud, el cual registra, confirmados y probables, mientras que el reporte diario este jueves contabilizó 264, además de 33 nuevos diagnósticos.
En esa línea para el epidemiólogo de la Universidad de Santiago de Chile, Usach, Christian García, la circunstancias actuales de la capital regional obligarían a medidas más drásticas en términos sanitarios.
“En Chillán al menos ya tiene casos hace varias semanas, muchos más altos de lo que tenían cuando decretaron la primera cuarentena, por lo tanto, ya deberían estar en cuarentena hace mucho rato nuevamente”, recalca.
Sin embargo, la epidemióloga del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Talca, Loreto Núñez, tiene una mirada diferente y considera que la estrategia de la trazabilidad es la clave para mantener controlada la pandemia.
“Para que bajen los casos activos no necesariamente la cuarentena va hacer el milagro sobre ello. Lo que se requiere es hacer la identificación de aquellos que tienen la infección, aislarlos en las residencias sanitarias y además hacer cuarentena de los contactos. Se necesita la trazabilidad de todos los contactos y de los casos”, dice.
Hoy jueves el gobierno regional anunció la inclusión de la Atención de Primaria en la trazabilidad de los casos de Covid-19 y desde hace casi dos semanas impulsa la restricción vehicular para reducir la movilidad y favorecer la distancia física. Sin embargo, pese a ello aún siguen las largas filas en diferentes servicios en la ciudad y concentraciones en varios puntos.
Desde la sociología existe una mirada crítica respecto al abordaje de la pandemia y los efectos sobre los ciudadanos.
“Los gobiernos atribuyen la culpa a los usuarios, que ellos son los responsables de sus actos y esa es una mirada súper neoliberal. Las responsabilidades son colectivas, tanto del Estado, el Gobierno y los ciudadanos. Se ha dicho que no tienes que salir, pero está abierto el mall y los centros comerciales. En muchos lugares el distanciamiento es nulo y bajo. Está el elemento que es importante mantener la economía, pero a costa de la fuerza de trabajo y de los empleos más precarios. Yo veo gente en plazas, trabajadores que en este momento no son necesarios, deberían estar en casa. (…) El Estado debe hacerse cargo de la pandemia a todo nivel y dar las garantías sociales “, sostiene el sociólogo Mauricio Alfaro.
Por otra parte el profesional explica que el comportamiento social de la gente responde al modelo económico que existe en el país. “Bajo esta lógica tan neoliberal que tenemos todos, da lo mismo el otro. Mientras logre satisfacer mi necesidad o placer de consumo es suficiente, no me preocupo por el otro, al que pongo en riesgo”.
Para el sociólogo, Juan Cristóbal Torres, las aglomeraciones que persisten en el centro se explican en parte a que el sector privado ha mantenido sus reglas, pese al Covid-19. Además, agrega que el Estado también ha tenido dificultades para la operatividad digital de algunos trámites.
“Los bancos, casas comerciales y las empresas telefónicas, incluso el agua y la luz, se están cobrando regularmente como si la pandemia no existiese. El poco nivel de acción que ha podido tener el Gobierno y el Estado sobre los privados para evitar cobros, lo que ha hecho es no tocar el bolsillo de los empresarios, sino que se ha adaptado a sus reglas y tratar de que esto impacte lo menos posible las cifras, por eso en vez de reformas profundas, prefieren pintar calles”, indica
“Hasta el propio Estado ha tenido dificultades para llevar una cantidad importante de trámites a lo online o incluso omitir ciertos trámites. También vivimos en una comuna o región con alta tasa de ruralidad, con una cantidad promedio de adultos mayores que sobrepasa a varias regiones, y eso invita a que mucha gente tenga desconfianza al pago online, y requiere del pago en ventanilla.”, agrega.
Finalmente, el profesional señaló que la respuesta al llamado a quedarse en casa no ha sido la esperada, porque proviene de un “Gobierno, que antes del comienzo de la pandemia, tenía un nivel popularidad tan bajo y eso también es decidor, o sea, en la medida de quien me da la orden no es legítimo, es deslegitimada”.