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Señor Director:
Durante el primer semestre hubo 25 días con episodios críticos de contaminación ambiental en Chillán. La situación
se volvió habitual todos los inviernos y el mayor problema radica en que las partículas de contaminación finas (PM2.5)
suspendidas en el aire alcanzan los pulmones y el torrente sanguíneo, gatillando desde enfermedades respiratorias y
cardiovasculares hasta cáncer y la muerte.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que casi siete millones de personas en el mundo mueren prematu-
ramente cada año por contaminación del aire. Según Lancet Countdown Latin America, Chile es el país de la región con
mayor mortalidad prematura atribuible a PM2.5, alcanzando 150 muertes por millón de habitantes en 2020.
A pesar de lo que se dice, la principal causa de contaminación del aire no es la mala ventilación, sino acciones huma-
nas y la falta de políticas eficientes y proactivas. Al 2024 seguimos con sistemas de transporte ineficientes, industrias
altamente contaminantes y la continua quema de leña y/o basura.
La actual Constitución de Chile establece el derecho a vivir en un medioambiente libre de contaminación, pero la realidad
es otra desde hace años. ¿Cuándo será tiempo de realmente respetar este derecho? Leyes que promuevan y velen por el
cumplimiento de medidas más proactivas en esta línea y que soporten un desarrollo más sostenible son urgentes.
Dra. Yasna Palmeiro
Asesora Centro de Comunicación de las Ciencias Universidad Autónoma