Desde 2014, año en que los estudios de prevalencia en el consumo de drogas, tabaco y alcohol en la población chilena incluyó la observación de ingesta de fármacos sin receta médica, esta, al igual que las otras drogas, parecieran ir formando parte de una opción doméstica frecuente, independiente de los riesgos que conlleva el administrárselos sin supervisión.
Las cifras publicadas por el Senda este 2021 volvieron a reflejar un aumento en este ítem, y los expertos apuntan a los problemas asociados a la salud mental que se han agudizado en algunas personas a raíz de los conflictos asociados a la pandemia, ya sea por sus restricciones, afecciones a la salud o consecuencias económicas.
De acuerdo al último estudio, el uso de tranquilizantes en jóvenes de 3° y 4° medio en Ñuble está por 5 puntos porcentuales sobre la media nacional lo que de acuerdo al sicólogo Alberto Fernández, encargado de tratamiento de Senda Ñuble, da cuenta de la disminución de la percepción de riesgo, que se entiende en parte por un fenómeno que el profesional explica que al interior de hogares, donde se ha utilizado estos fármacos (clonazepam, alprazolam, ravotril), lleva a los jóvenes a utilizarlos sin prescripción médica.
Para el sicólogo clínico Carlos Pincheira, “estamos ante una realidad que si bien en Chile ha tenido un fuerte impacto por su alta prevalencia, es un fenómeno que afecta a casi la totalidad del mundo”.
El profesional añade que “mientras no haya un marco legal sólido y una voluntad fiscalizadora que regule a quién y en qué cantidades se deben entregar estos medicamentos a particulares, siempre habrá pastillas dando vueltas en las casas, y son esas las que consumen los menores de edad, incluso suministradas por amigos o los mismos padres”.
Es más, agrega que saben “que hay unidades de Carabineros y de la PDI que también buscan incautar y detener a quienes venden medicamentos sin recetas, pero es cosa de irse a dar una vuelta por la feria para darte cuenta que cada 10 minutos pasa alguien voceando que vende medicamentos, y los lleva en la mochila”.
Inicio de consumo
De acuerdo al análisis del psicólogo de Senda Ñuble, el alcohol es la droga lícita que más temprano es consumida, 13 años, pero existe una interferencia importante como la pasta base, donde en Ñuble ha visto aumentada su oferta, de acuerdo al último estudio de población escolar.
“Estamos preocupados y ocupados en el consumo de tranquilizantes sin receta médica tanto en la población escolar como en la población general. Tenemos que fortalecer los factores protectores y a través del trabajo mancomunado que hacemos con los otros servicios, como la seremi de Salud, estamos trabajando para hacer una campaña de prevención para que la población conozca más sobre los efectos y las consecuencias que tiene su mal uso”, explicó La Discusión Carmen Gómez, directora regional del Senda.
La campaña apunta a la prevención primaria para reducir el consumo exploratorio, que está entre los escolares de séptimo, octavo básico. En esta fase se busca evitar el contacto con el consumidor.
“La prevención secundaria, es cuando ya se ha generado el contacto con la droga, pero se busca evitar la adicción y la prevención terciaria es para reducir el daño”, explicaron.
Marihuana y pasta base
De acuerdo al estudio es a los 13 años donde se comienza además con el consumo tanto de alcohol, marihuana y pasta base, esta última con crecimiento en alumnos de primero y segundo medio, lo que acarrea un mayor peligro al generar la desinhibición que puede llevar a delinquir por la fuerte adicción.
Carmen Gómez insiste en que la clave seguirá siendo el trabajo preventivo originado en los planes y programas de la institución, que tiende a reducir el consumo de alcohol y otras drogas en la población, en este caso con especial preocupación en la población escolar.