Entusiasmados por los buenos resultados de sus primeras exportaciones de manera asociativa, los socios de la agrupación Marrón Andino, pertenecientes a la agricultura familiar campesina de El Carmen, hoy quieren crecer. Después de una gira a Italia donde les mostraron las exportaciones nacionales, se dieron cuenta de que podían hacer lo mismo y mejor.
Hoy, los nueve socios ya suman un recorrido que en la última temporada permitió la exportación de 22.500 kilos de castañas nativas a Italia y España y para las próximas temporadas, esperan ir variando la composición de la exportación al ir incorporando castañas marrones, más apetecidas y de mejor precio en el extranjero ya que el fruto no tiene tabiques internos, lo que facilita el pelado. Pero aunque ya tienen un largo camino recorrido, que incluye la propiedad de un terreno de media hectárea en Los Puquios con acceso para camiones todo el año, y una seleccionadora de castañas capaz de separar 5000 kg diarios en 4 calibres, para seguir creciendo necesitan la construcción de una cámara de frío que les permita realizar el proceso y posterior enmallado y guarda en condiciones óptimas para la mantención de una buena calidad del fruto, que aunque se considera más cercano a los frutos secos, es en realidad muy susceptible a la deshidratación y al ataque de los hongos, debido a su alto contenido de agua, que ronda el 50 a 60 %.
En este esfuerzo, la agrupación postuló al programa de inversiones asociativas de Indap, ya que hasta el día de hoy no cuenta con infraestructura propia para realizar el proceso exportador, por lo que la necesidad de los productores es la construcción de una bodega donde recepcionar la castaña, calibrar y enmallar para luego almacenarla en frio (reefer) y finalmente cargarla en contenedores reefer de exportación o en camiones con frío al mercado nacional, por lo que en una visita a terreno, mostraron el trabajo de la calibradora y los huertos a la directora regional de Indap, Tatiana Merino Coria quien visitó las instalaciones junto al encargado de la Unidad de Negocios, Luis Flores y el encargado de la Unidad de Riego, Julio Cofré.
Aquí hemos trabajado con recursos nuestros, la máquina calibradora la mandamos a hacer y trabajamos en una bodega que nos presta uno de los socios, comentó uno de los asociados, Javier Palma, quien comentó que la idea de asociarse surgió tras participar de un GTT de castaños en el 2016. “Ahí empezamos a plantar marrón y a juntarnos”, comentó, tras lo cual pudieron salir en gira a Italia donde pudieron ver la llegada de las exportaciones chilenas. “Ahí vimos que las castañas no llegaban de la mejor forma”. Posteriormente, de vuelta en Chile tomaron la resolución: podían replicar lo que hacían las empresas que estaban llegando con sus castañas a Europa, y podían hacerlo mejor.
Además, y en vistas a la continuidad de las exportaciones, Marrón Andino está postulando al Programa de Asociatividad Económica, PAE, de Indap, lo que les permitirá mejorar sus herramientas de fortalecimiento de la gestión, comercialización y economía de escala para continuar con su crecimiento.
La directora regional de Indap, Tatiana Merino, llamó a los productores a aprovechar las herramientas disponibles tanto de Indap, como los provenientes del Gobierno Regional, que están disponibles para financiar proyectos asociativos, “porque creemos en la asociación de los agricultores, creemos en los proyectos asociativos, en las cooperativas y en los beneficios que eso les reporta a los agricultores. Si ustedes hubiesen hecho el esfuerzo individualmente, hoy no estarían pensando en la forma de ampliar su capacidad exportadora. Este es un ejemplo de lo que se logra al juntar los volúmenes, para comercializar y negociar en conjunto y, además, pueden hacer economía de escala, pueden comprar sus insumos en conjunto. Su proyecto va en la línea de lo que queremos lograr, dar valor agregado a la producción de los campos, porque no nos podemos quedar solamente con la fruta para venderla a los intermediarios, tenemos que darle valor agregado para aumentar la rentabilidad”.
Entre los socios, hoy suman 27 hectáreas de castaños, y cerca del 80 por ciento corresponden a huertos establecidos de variedades marrón, de las que las más avanzadas ya tienen 8 años.
Para este año, en los huertos de marrón, esperan un rendimiento cercano a los 3 mil kilos por hectárea, considerando que la mayor parte aún no está a pleno rendimiento. Los productores proyectan también un crecimiento en la superficie plantada y la incorporación de riego tecnificado en todo su patrimonio, para poder alcanzar el potencial productivo de esta fruta en nuestra zona.
Hoy, el negocio de la castaña es muy atractivo, lo que explica mil 200 has plantadas en el país y en Ñuble, 768 has, de las que El Carmen, la comuna con mayor superficie en el país, aporta 550 y fracción. Desde los años 90, se ha ido introduciendo paulatinamente el recambio de los huertos de la variedad nativa -con frutos tabicados, que dificulta pelarlas y procesarlas- a los huertos de marrón, que tienen mejor comercialización debido a la facilidad del pelado industrial.
La temporada de castañas va desde la primera semana de abril hasta fines de mayo, y en la mayoría de los huertos pertenecientes a la agricultura campesina con recolección manual, lo que representa el próximo desafío de esta asociación, que con vistas a su crecimiento se plantea a futuro el desafío de lograr la recolección mecanizada.