Señor Director:
Hablar de conservación suele despertar una pregunta legítima: ¿proteger la naturaleza significa alejarnos de ella? Durante años se entendió la conservación como un gesto de distancia, sobre todo en el contexto urbano, pero las ciudades modernas necesitan justo lo contrario: volver a encontrarse con la naturaleza para seguir siendo habitables.
Mientras avanza la instalación de una nueva institucionalidad con el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), la Ley 21.202 sobre Humedales Urbanos ha sido un escenario de desafíos. Hasta la fecha, en Chile se han declarado 136 humedales urbanos, desatando dudas -de vecinos, empresas y municipios- sobre qué se podrá hacer ahí.
Lo cierto es que los ecosistemas también se protegen cuando aprendemos a habitarlos de forma respetuosa y si desarrollamos infraestructura para un uso sustentable que conecte a las comunidades con su patrimonio natural.
Desde Fundación Cosmos impulsamos un modelo de parques de humedal, donde la conservación y el uso público se complementan para revalorizar proyectos urbanos. En la Región del Biobío, junto a las municipalidades de Concepción, Hualpén y Talcahuano, estamos trabajando en proyectos que regeneran ecosistemas degradados y los transforman en parques abiertos, seguros y con identidad local.
Conservar es abrir caminos, oportunidades y nuevas formas de relacionarnos con los territorios que habitamos. En la naturaleza no hay un límite, sino una posibilidad compartida de futuro.
Diego Urrejola
Director ejecutivo de Fundación Cosmos
