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Señor Director:
Baja confianza en instituciones públicas y partidos políticos. Baja confianza en el gobierno. Alta desaprobación presidencial. Todos síntomas de alerta bajo las cuales nuestro país vive desde ya más de una década. El recién publicado informe de la OCDE y el BID muestra a Chile como el cuarto país de la región que menos confía en el gobierno y muy por debajo de los países del grupo. Esto se suma a lo que publicó The Economist semanas atrás con la caída de Chile al estado de democracia defectuosa.
Qué tan solo uno de cada 3 chilenos confíe en lo que su gobierno está llevando como agenda no permite la construcción de forjar un camino en unidad que se enfrente a los desafíos de futuro. Por ello, la necesidad de reformas al sistema político nacional es imperativa y urgente.
¿Por dónde empezar? Debemos buscar los espacios de acuerdo para disminuir la fragmentación, fortalecer a los partidos políticos y modernizar la estructura bajo la cual opera nuestro Estado. En pasillos, el diagnóstico es común, pero la falta de visión de futuro es la principal piedra de tope. Son variadas las razones para el declive sistemático en los niveles de confianza, pero es poco riguroso pensar que son solo vaivenes propios de los tiempos que corren.
La política y nuestros representantes tienen todas las razones para acordar reformas profundas que enmienden el rumbo. Nuestra democracia no puede seguir esperando.
Miguel Ángel Fernández
Subdirector académico Faro UDD