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Señor Director:
En conectividad, nuestro país siempre ha tenido que enfrentar contextos adversos, especialmente por la extensa geografía que incluye zonas muy aisladas. El reconocimiento de Internet como Bien de Uso Público viene a establecer una hoja de ruta, así como ciertos mínimos en materia de conectividad digital.
Pero las exigencias de este país no debieran solo considerar los estándares mínimos. Particularmente a nivel de empresas y -en un aspecto más crítico- aquellas que se dedican a actividades de cuya naturaleza depende el normal funcionamiento de la sociedad, los estándares de conexión debieran ser mucho más robustos, sin importar la zona del país en que se ubiquen.
En ese sentido, el Internet satelital ha emergido como una alternativa muy válida para conectar zonas remotas. Pero ¿Es la única opción?
La tecnología actual permite establecer enlaces de Internet mucho más resilientes, con velocidades constantes y tasas de caída prácticamente inexistentes, ya que no dependen de cable de fibra ni de enlaces satelitales lejanos, pudiendo generar “anillos” o círculos de resiliencia en algunas zonas, facilitando el normal funcionamiento de todos los servicios, sin afectar la conectividad digital.
Es de esperar que este nuevo formato ya disponible para empresas, pronto pueda ser la norma para todo el país, que necesita dar pasos importantes en materia de conectividad.
Víctor Opazo Carvallo