Señor Director:
La conectividad a Internet es el pulso de nuestra era, y en la Región de Ñuble, este pulso late débilmente. Con un 87,3% de hogares conectados, Ñuble se encuentra entre las regiones con menor acceso en Chile, una situación que contrasta marcadamente con el promedio nacional del 93,2%. Este rezago no es solo un número; es un reflejo de oportunidades perdidas en educación, empleo y desarrollo económico.
En un país donde el acceso a servicios básicos como agua potable y energía eléctrica ha mejorado notablemente, la brecha digital se convierte en un obstáculo para el progreso. Los hogares sin acceso a Internet enfrentan un aislamiento que limita su participación en la economía digital. Especialistas enfatizan que cerrar esta brecha es fundamental para fomentar la inclusión social y el crecimiento regional.
La conectividad permite la comunicación instantánea, el acceso a información vital y el desarrollo de emprendimientos locales. En un mundo donde la educación online y las plataformas digitales son cada vez más relevantes, el acceso a Internet se transforma en una herramienta de empoderamiento. Las iniciativas como el proyecto de Fibra Óptica Nacional (FON) ofrecen una esperanza tangible para conectar a las comunidades más vulnerables.
La colaboración entre el sector público y privado es crucial. No se trata solo de infraestructura, sino de generar una alfabetización digital que permita a los ciudadanos aprovechar las oportunidades que ofrece el ciberespacio. En este contexto, el desafío es claro: construir un futuro donde la conectividad no sea un privilegio, sino un derecho. Solo así, Ñuble podrá reflejar el verdadero rostro de la equidad en Chile.
Ricardo Rodríguez Rivas
Magister en Gobierno y Gestión Pública
