Señor Director:
Hace algunos días nos enteramos que el Gobierno quiere retomar una de sus promesas de campaña: el proyecto de condonación del CAE. Sin embargo, nuevamente llegamos a conocer solo el “titular” y nos quedamos esperando el “cuerpo del texto”. Por las numerosas aristas que están implicadas en un proyecto de este tipo, es imperioso conocer detalles sobre las condiciones en que se realizará esta condonación, el costo que implicará y a qué deudores beneficiará.
Al respecto, cabe preguntarse a quién beneficia esta política. Ciertamente, sería interesante saber si el Gobierno está considerando a los deudores responsables que mes a mes pagan con esfuerzo sus cuotas o a aquellas personas que, pudiendo hacerlo holgadamente, nunca pagarán por el crédito que finalmente todos los chilenos deberemos asumir.
Sin embargo, quizá lo más importante es preguntarse qué habríamos podido hacer como país con los recursos que implica la condonación (más de US$10.000 millones), especialmente con relación a la educación parvularia y escolar, que debieran ser la verdadera prioridad de la política pública. En otras palabras, podemos afirmar que los que definitivamente no ganarán con la condonación del CAE serán los niños y jóvenes (en etapa escolar) de nuestro país, que una vez más verán cómo serán postergados.
Juan Eduardo Vargas
Vicerrector Académico Universidad Finis Terrae