Cuando el alcalde Sergio Zarzar fue reelegido la primera vez en 2012, una de las medidas que anunció el día de su victoria fue televisar las sesiones del concejo municipal, con el objetivo de acercar la institucionalidad a las personas, por la vía de las nuevas tecnologías. Una promesa similar hizo durante la campaña de 2016.
Sin embargo, nada ocurrió y los ediles de oposición e incluso algunos de su propio sector, varias veces lo emplazaron para que cumpliera lo prometido e implementara un sistema para transmitir en vivo las reuniones ordinarias y extraordinarias del gobierno local. Pero lo que no pudieron reclamos y solicitudes formales de los concejales durante una década, lo hizo la pandemia en menos de un semestre.
En efecto, las restricciones sanitarias por el Covid-19 obligaron a cambiar las sesiones presenciales del Concejo Municipal de Chillán por reuniones virtuales a las que se ha permitido el acceso de la ciudadanía, previa inscripción.
El resultado, en la práctica, ha sido bastante positivo, pues además de contribuir a la transparencia de la actividad municipal –hoy muy cuestionada tras el escándalo de corrupción del contrato de luces LED y la detención de quien era el brazo derecho del alcalde- esta nueva modalidad también le ha aportado más orden al debate edilicio, ha igualado los tiempos de las intervenciones, además de exigir una mejor preparación de los concejales.
Hay muchos pasos prudentes y razonables que se pueden dar para avanzar en transparencia y participación ciudadana en el gobierno local, pero primero tiene que haber una voluntad concreta por parte de sus actores políticos, tanto para abandonar aquellas prácticas reñidas con la más elemental idea de participación que anima a la ciudadanía, como para no desvirtuar instancias que además de aportar información a la comunidad sobre materias que inciden en su calidad de vida, contribuyen a educarla respecto de la labor que tiene el gobierno local.
Incluso desde el punto de vista más político, una adecuada y oportuna incorporación de las tecnologías de la información en la acción pública constituye un elemento de inclusión importante de los ciudadanos, ya que un sistema bien implementado no solo debe considerar la reproducción -en vivo o diferido- del debate edilicio, sino también una fluida retroalimentación entre el municipio y la comunidad.
No hay que olvidar que la primera educación cívica viene desde el poder político y todo lo que afirmen los libros o los profesores sobre la democracia puede resultar sospechoso si las señales que se emiten desde el nivel de gobierno que sienten más próximo, son negativas.
La transmisión por streaming de las reuniones que se realizan en el hemiciclo municipal constituye un avance al que nadie debería oponerse y, por lo mismo, debe perdurar más allá de la emergencia sanitaria, porque significa más transparencia e información, y por ende, menos riesgos de secretismo y corrupción en la gestión municipal.