Se iba el partido y el público chillanejo no paraba de alentar a Ñublense, que, con diez jugadores, buscaba el empate en el último suspiro.
Jaime García gritaba como desaforado y todo parecía cuesta arriba, cuando Luis Valenzuela sacó el centro y Nicolás Guerra se zambulló en el área para meter un cabezazo cruzado y poner el 2-2 después de ir perdiendo por 2-0.
Así, luchando, batallando hasta el final, con más corazón que fluidez creativa, el equipo de Jaime García salvó un empate cuando la derrota parecía sentenciada.
Los diablos rojos dejaron escapar la opción de ganar en casa y alejarse de Huachipato a 8 puntos, pero de acuerdo al desarrollo del juego, al menos, logró rescatar un punto y mantener los cinco puntos de ventaja que tiene hoy sobre el elenco acerero.
Errores que se pagan caro
Ñublense arrancó dominando las acciones y ejerciendo presión sobre el campo de Huachipato. Con buena posesión de balón, juego por los costados, pero falta de profundidad.
Aún así, el Rojo pudo abrir la cuenta con un remate de Nicolás Guerra, que tapó a dos metros el portero Martín Parra.
Pero los errores tácticos, pusieron en jaque la propuesta de García. Ñublense comenzó a sufrir con los veloces embates del forastero que fue punzante con Mazzantti, Palmezano y Martínez.
La apertura del marcador fue obra de Joaquín Gutiérrez, quien se filtró en el área, aprovechando un error en la salida de Jovany Campusano.
Tres minutos más tarde, la defensa de Ñublense quedó mal parada tras un contraataque feroz de Huachipato.
Mazzantti sacó el centro, Turra no alcanzó a cerrar y Palmezano empalpó debajo del arco.
Reaccionó a tiempo
Sorprendido y molesto, Jaime García golpeó su trablero y mandó a la cancha a Carvajal y Cordero. El equipo ganó en posesión de balón, mostró otra impronta y comenzó a meter en su campo a Huachipato que apostó por contraatacar.
El descuento de Matías Moya, tras una gran jugada personal por la banda izquierda, encendió la ilusión.
Los acereros pudieron cerrar el partido en tres ocasiones, pero el portero Nicola Pérez estuvo soberbio.
La expulsión de Esteban Carvajal puso en duda la remontada de los diablos rojos, que no dejaron de luchar, a pesar de un cuestionado arbitraje de Eduardo Gamboa.
Con diez hombres y los ingresos de Quinteros y Provoste en la recta final, tras la salida de Joe Abrigo, buen agente ofensivo, el Rojo se fue con todo en busca del agónico empate. Huachipato sintió el desgaste físico y con el último aliento, Ñublense alcanzó el empate con un cabezazo de Guerra que desató un desahogo en las tribunas.
Ñublense sumó 26 puntos y el 26 de septiembre recibirá a Wanderers, mientras Huachipato se quedó con 21 unidades.
“Tenemos un gran equipo”
El delantero Nicolás Guerra, autor del 2-2, declaró que “luchamos hasta el final para conseguir el empate, nunca bajamos los brazos y luchamos hasta el final. Si queremos meternos arriba tenemos que empezar a ganar, pero tenemos un gran equipo y el profe confía en nosotros”.
“El equipo puso garra”
“Hay que corregir el tema táctico, que es responsabilidad mía, a lo mejor no me interpretaron bien mis jugadores. También ante equipos rápidos como Huachipato debemos ser inteligentes porque nos respetan mucho y nos juegan de contra. Pero la garra de los jugadores es una demostración de lo comprometido que están con el club y pueden llegar lejos. No hablo de los árbitros, pero me duele que me miren en menos”, sentenció García.