Señor Director:
Los medicamentos son compuestos químicos diseñados para tratar o aliviar los síntomas de diversas enfermedades. Su uso adecuado puede tener un impacto positivo en la salud de la población, contribuyendo al bienestar general y mejorando la calidad de vida. No obstante, la venta de fármacos a bajo costo en lugares informales, como ferias libres o comercio ambulante, conlleva múltiples riesgos para nuestro organismo, ya que estos compuestos no cumplen con los estándares de calidad y seguridad necesarios.
Si se padece una enfermedad crónica, la ingesta de un comprimido adulterado o en mal estado, no genera el efecto esperado y, en lugar de mejorar la condición del paciente, la empeora e incluso puede llegar a comprometer el funcionamiento de órganos vitales como los riñones o el hígado. Esto se debe a que el compuesto activo del medicamento podría estar alterado o no contener la concentración óptima, impidiendo así el efecto terapéutico requerido.
Es crucial evitar la automedicación, siguiendo siempre la prescripción médica. El adquirir comprimidos, jarabes, inhaladores o gotas en farmacias, también permite optar a una alternativa bioequivalente, es decir, a un mismo compuesto activo, pero a un menor precio. Lo más importante es que se garantice la seguridad y eficacia del tratamiento, ya que estos medicamentos están respaldados por estudios que aseguran que tienen el mismo efecto y eficacia que la marca original.
Alejandro Lara
Académico Departamento de Simulación Clínica, UDLA