Cómplice activo
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La penetración del crimen organizado de origen venezolano es un fenómeno transnacional que se ha expandido por América Latina, e incluso en los Estados Unidos y Europa.
En Chile está golpeando con dureza, causando mucho daño y dolor a chilenos y a los propios venezolanos honestos. Al crimen del teniente del ejército venezolano Ronald Ojeda en manos del Tren de Aragua, según ha manifestado el fiscal de la causa por encargo desde el país caribeño, se suma el crimen del teniente de Carabineros Emanuel Sánchez en Quinta Normal, también a manos de delincuentes venezolanos.
¿Qué ha ocurrido con el gobierno venezolano? Simplemente, se ha burlado de Chile entre otros países, acerca del verdadero alcance del crimen organizado. Diosdado Cabello uno de los personeros facticos de la dictadura de Maduro, de manera muy cruel se hizo el gracioso al día siguiente del secuestro y crimen del teniente Ojeda. Se burló públicamente de las investigaciones de la policía chilena. Hace pocos días el canciller venezolano dijo que esta banda criminal era un invento periodístico, “un relato”, precisó. Incluso, afirmó que habían vídeos de miembros del Tren de Aragua con acento chileno. Más tarde insistió en sus afirmaciones.
Hace unos meses el propio gobierno venezolano anunció que once mil policías allanaron la cárcel de Tocoron en Aragua para desarticular la banda criminal. El jefe máximo se fugó el día anterior, sospechoso todo por decir lo menos. Ahora el gobierno en voz de su canciller dice que el tren de Aragua es un invento mediático.
Hace un par de meses, el subsecretario Monsalves después de reiteradas rogativas, viajó a Venezuela a firmar un convenio para viabilizar la expulsión de delincuentes venezolanos. Venezuela todavía no nombra a su representante a la fecha.
Y así suma y sigue Maduro con sus “chistesitos” que sólo encuentran graciosos los chupamedias de turno, y encuentran eco en partidos de otros países que cierran filas agradecidos por ayudas monetarias pasadas.
Así el gobierno venezolano saca las castañas con la mano del gato, utilizando para ello al Tren de Aragua y a las bandas criminales. De esta forma toma venganza de las condenas que han recaído sobre la dictadura encabezada por Maduro, condenando de paso a la xenofobia a millones de venezolanos honestos y que han debido abandonar su patria en busca de nuevos horizontes.
Hace muchos años ya Caracas era una de las ciudades más peligrosas del mundo, hoy ha extendido esa peligrosidad con la complicidad del gobierno. Hoy Venezuela no solamente hace vista gorda con el crimen organizado, sino que festina con la gravísima situación.
Así como el tren de Aragua es una banda criminal transnacional y por lo tanto extremadamente peligrosa, el gobierno dictatorial de Maduro, que algunos califican como “narco-dictadura”, es doblemente peligroso.
Es un cómplice activo del crimen organizado, sus víctimas son los chilenos que han caído en sus manos, y los millones de venezolanos honestos, amables y sonrientes que trabajan en distintos oficios en nuestro país.