Los chilenos y chilenas volvieron a las urnas el pasado 7 de mayo para elegir a los miembros del Consejo Constitucional, el nuevo órgano creado para continuar con el proceso constituyente que quedó trunco, tras el fracaso de la extinta convención.
Si bien se trató de unos comicios poco habituales, marcados por la contingencia política, económica y social (alza de precios, mayor percepción de delitos violentos, baja del gobierno en las encuestas), y que poco interés generaron en la población; sus resultados sin duda dicen mucho respecto de cómo podría darse el panorama electoral en octubre de 2024, cuando se realicen las elecciones de alcaldes, concejales, gobernadores y consejeros regionales.
Sin duda, cuatro papeletas que tienen mucho de territorial, pero también de ingeniería electoral.
En ese contexto, los resultados que arrojaron las elecciones de consejeros constitucionales (que como todos los futuros procesos, se efectuaron con voto obligatorio); mantuvieron el declive de las fuerzas oficialistas que pasaron del histórico triunfo del Apruebo en 2020 y de Gabriel Boric en 2021, a una derrota estrepitosa del Rechazo el 2022, sumado a un contundente triunfo de la oposición (específicamente, de los republicanos) en estas últimas elecciones.
La Región de Ñuble no está ajena al escenario nacional, es más, mantuvo la tendencia de crecimiento por sobre el promedio nacional de la derecha más radical, lo que sin lugar a dudas enciende una luz de alerta en el oficialismo respecto de lo que pueda ocurrir el próximo año.
Según muchos analistas, el alza de la ultraderecha va de la mano con un rechazo al gobierno, lo cual podría perjudicar a aquellas autoridades más cercanas a las fuerzas oficialistas. Esto podría hacer cambiar, por ejemplo, la configuración de gobernadores en todo Chile, que pasaría de un contundente triunfo de las fuerzas de centro izquierda, a un escenario contrario.
El actual gobernador de Ñuble, Óscar Crisóstomo (PS) deberá enfrentar a varios adversarios(as) en primera vuelta, provenientes desde el sector más moderado de la ex Concertación; de Apruebo Dignidad, si es que van en pactos separados; y con a lo menos dos candidatos(as) de derecha.
En Ñuble, la figura de Martín Arrau como jefe de campaña del partido más votado se potenció, lo que hace presumir que será el puntal de quienes compitan en la región por los republicanos, mientras que en Chile Vamos, los liderazgos claros son los del senador de la UDI, Gustavo Sanhueza, y el del diputado de RN, Frank Sauerbaum.
En la centro izquierda, en tanto, Crisóstomo parece concitar apoyo, no obstante, sus diferencias con la senadora Loreto Carvajal podrían generar otros liderazgos que después pueden converger en una segunda vuelta.
Esta elección (la de gobernadores) es clave a nivel local, ya que ir con una figura fuerte de gobernador regional al lado, fortalecería las pretensiones de los futuros candidatos a nivel de alcalde, concejal y consejeros regionales, lo que permitirá cambiar el organigrama político local.
Unos se van, otros vuelven
En el caso de los alcaldes, hay varios factores a considerar.
Primero, quiénes irán a la reelección. En esta condición estarían Camilo Benavente (PPD), de Chillán; Jorge del Pozo (ind.-PR), de Chillán Viejo; Guillermo Yéber (DC), de Bulnes; Johnson Guíñez (RN), de Pemuco; Miguel Peña (DC), de Quillón; Rafael Cifuentes (PS), de Yungay; Alejandro Pedreros (ind.-PR), de Coelemu; Luis Molina (DC), de Ninhue; Nicolás Torres (RN), de Ránquil; Raúl Espejo (ind.), de Trehuaco; Gastón Suazo (PS), de San Carlos; Claudio Almuna (RN), de San Fabián; y Víctor Hugo Rice (RN), de San Nicolás.
Segundo, quienes no pudieron competir en 2021, porque cumplían tres períodos consecutivos, y que ahora podrían regresar, como es el caso de Sergio Zarzar (ind.-RN), en Chillán; Felipe Aylwin (PS), en Chillán Viejo; y Víctor Toro (ind.-DC), en San Nicolás.
Se sumaban a este grupo Hugo Gebríe (RN), de San Carlos y Luis Cuevas (DC), de Trehuaco, sin embargo ambos han sido sancionados, al menos en primera instancia, por la justicia electoral.
Junto a ellos, 34 concejales del territorio que no pudieron competir en 2021, podrían volver al ruedo, siendo los partidos que más podrían verse beneficiados RN, la DC y la UDI; y las comunas con más casos en esta situación, Trehuaco y Chillán Viejo.
Tercero, la posibilidad de que prospere el proyecto de segunda vuelta para las elecciones de alcaldes, generaría un “terremoto” a la hora de confeccionar los pactos, pues podría conminar a las distintas fuerzas a enfrentarse todas en primera vuelta, y luego, apoyar a quién resulte ganador en el balotaje.
Y cuarto, las comunas donde partirán alcaldes que llevan tres o más períodos serán las más “peleadas” por los partidos. En esa situación estarán El Carmen (José San Martín, DC); Cobquecura (Julio Fuentes, PR); Portezuelo (René Schuffeneger, RN); Quirihue (Richard Irribarra, PR) y Coihueco (Carlos Chandía, RN).
En una situación especial estarán San Ignacio y Ñiquén, comunas en que sus alcaldes se encuentran con medidas cautelares en el marco de la investigación del caso Cuentas Corrientes, y han sido reemplazados por alcaldes suplentes, quienes en teoría, podrían competir. Es el caso de Alexis Méndez (UDI), en Ñiquén (donde Manuel Pino de todas formas no podía repostularse, por haber completado sus tres períodos); y de Patricio Suazo (RN), en San Ignacio.
El don de saber negociar
Sin duda los pactos políticos que se generen para las próximas elecciones municipales y regionales serán trascendentales para asegurar a uno u otro sector un mayor número de alcaldías o gobernaciones.
De ahí que el llamado a la unidad en el oficialismo (desde Apruebo Dignidad hasta el PPD) sea transversal, pese a que algunas alas aún se resisten. Incluso, se ha hablado de incluir a la DC, teniendo en cuenta que la derecha está más cerca de alcanzar una alianza.
Es bastante factible que para las elecciones de gobernadores, Chile Vamos se asocie con el Partido Republicano o efectúen “pactos por omisión”. En las municipales, en tanto, también existe interés por no “hacerse daño”, dado el objetivo común de la derecha, que es arrebatarle alcaldías clave a la centro izquierda.
En Ñuble, para los pasados comicios de gobernadores todos compitieron en primera vuelta, y en el balotaje se reagruparon las fuerzas, mientras que para las elecciones de concejales y cores, se presentaron listas de partidos afines. En el caso de Chile Vamos, cada partido llevó su propia lista.