Ayer comenzó en la Diócesis de Chillán el proceso de misas con fieles, respetando las medidas de seguridad emanadas desde la autoridad sanitaria en el contexto del Covid-19. Cada parroquia se preparó en días previos con la adquisición de instrumentos de medición de temperatura y demarcación de las zonas de seguridad al interior de cada iglesia, con el fin de seguir cada una de las indicaciones del Plan Paso a Paso, que sitúa a la región en la Fase 3, de Preparación.
Además, la mayor parte de las parroquias de la región adoptó el modo de inscripción previa, con el fin de no superar el máximo de asistentes permitido, el que en la actualidad alcanza a las 50 personas, aunque la Diócesis ha recomendado mantenerse en 30. En el plano litúrgico, también se aplicaron algunas medidas como entregar la comunión solo en la mano y evitar el contacto físico en el saludo de la paz.
El obispo de Chillán, Sergio Pérez de Arce, dijo que “es un retorno que hemos asumido con mucha responsabilidad y gradualidad. En un escenario en que el virus nos acompañará todavía por varios meses, hasta que haya una vacuna, lo importante no es recluirnos del todo, sin celebrar nuestra fe, sino hacerlo cuidándonos unos a otros, atendiendo a las medidas y criterios dados por la autoridad”.
Agregó que, por ahora, la medida se implementó en las sedes parroquiales y que poco a poco se irá extendiendo a otras capillas.
Miguel Ángel Villablanca fue uno de los fieles que asistió a la misa de la Catedral de Chillán. “Quiero destacar el orden y respeto a las medidas de seguridad que implementó la parroquia. Esta pandemia nos ha enseñado muchas cosas y entre ellas, el respeto por la vida de los demás”, dijo.