Ñublense comienza a delinear su proyecto deportivo de cara a la temporada 2026. Y lo hizo ayer con dos buenas noticias: la renovación de Gabriel Graciani y la reincorporación de Manuel Rivera, quien retorna a Chillán tras su paso por Deportes La Serena durante el presente año.
La continuidad del argentino representa una señal clara de estabilidad y confianza en un futbolista que se ha transformado en una pieza clave dentro del mediocampo rojo. Desde su llegada al club, el volante-delantero ha destacado por su despliegue, liderazgo y regularidad, aportando equilibrio táctico, experiencia y una lectura de juego que ha sido fundamental tanto en el torneo nacional como en compromisos de alta exigencia. Su renovación hasta 2026 no solo asegura jerarquía en una zona sensible del campo, sino que también ratifica la intención de la dirigencia de sostener una base competitiva para los próximos desafíos.
En paralelo, los Diablos Rojos celebraron el regreso de Manuel Rivera, jugador formado en la institución y que vuelve al club tras sumar minutos y experiencia en Deportes La Serena. Su reincorporación también refuerza la apuesta del club por potenciar a futbolistas con sentido de pertenencia y conocimiento de la idiosincrasia roja.
Rivera quedó en la historia del Rojo, en la recordada llave de octavos de final de Copa Sudamericana de 2023, al marcar en los descuentos el 2-1 con que Ñublense venció de visita a la entonces poderosa Liga Universitaria de Quito, lo que permitió extender el pleito a la tanda de penales, donde los chillanejos quedaron finalmente eliminados a caer 4-3.



