En las últimas dos décadas, el comercio de Chillán ha sufrido grandes transformaciones, y si bien un gran número de empresarios sufrió las consecuencias de las multitiendas primero y su estrategia de acceso al crédito, y más recientemente de empresarios extranjeros que importan mercancías a muy bajo precio, un grupo importante ha sabido identificar los cambios que se han registrado entre los consumidores locales y han apostado por la diferenciación y la especialización, en muchos casos apuntando a nichos específicos de mercado, con valores agregados como la atención personalizada.
Asimismo, el crecimiento natural de la ciudad, como cabecera regional y básicamente centro de servicios para las 21 comunas de Ñuble, con una población flotante cada vez mayor, ha impulsado un fuerte dinamismo en casi todos los rubros, como el de los restaurantes, cafeterías, hoteles y transporte, entre otros.
En ese sentido, es destacable la apuesta de muchos empresarios por la diferenciación, lo que contribuye a diversificar la oferta, de la mano de elementos como el diseño, la calidad, las marcas, la atención y los servicios asociados.
Sin embargo, la irrupción de las nuevas tecnologías de información y comunicación asociado a un vertiginoso desarrollo del transporte, la logística y el almacenaje, ha favorecido el crecimiento de las ventas por Internet y el llamado e-commerce, lo que ha obligado al sector a asumir un nuevo desafío en materia de adaptación, pues si bien no pocos califican este modelo como una competencia desleal, pues en muchos casos supone el pago de impuestos inferiores e incluso la exención, esta forma de vender llegó para quedarse.
Y si de competencia desleal se trata, la erradicación del comercio callejero ilegal sigue siendo un desafío pendiente, pues se traduce en evasión impositiva, la ocupación de espacios públicos y la connivencia con proveedores clandestinos. Se trata, en definitiva, de un problema de larga data que la actual administración está intentando resolver, pero difícilmente podrá hacerlo si la ciudadanía no contribuye a romper un círculo vicioso alimentado por la complicidad de aquellos proclives a consumir todo lo que se comercia ilegalmente y que torna imposible la continuidad de muchos negocios legalmente establecidos, cuyos propietarios ya ni siquiera insisten en reclamar ante las autoridades.
La próxima semana la capital de Ñuble será sede de la Asamblea general de la Cámara Nacional de Comercio, con representantes de todo el país y con el ministro de Hacienda, Mario Marcel, como invitado especial para abordar las temáticas que afligen al sector a nivel nacional, pero también esperamos sea una oportunidad para reflexionar sobre la actualidad de esta actividad en la región y el difícil contexto en que se desenvuelve.
A no olvidar que el comercio en Ñuble –y sobre todo en Chillán- sigue siendo uno de los pilares de nuestra economía y del mercado laboral, razón por la cual los esfuerzos que se emprendan para potenciarlo y fortalecerlo, de manera de sortear la coyuntura y también asumir sus nuevos desafíos, favorecerán la marcha de toda la economía regional.