Comerciantes de calle 5 de abril critican duramente retraso de obras del Serviu
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Una fuerte caída en las ventas entre los comerciantes de calle 5 de abril, principalmente entre avenida Collín y Cocharcas, en Chillán, al punto que algunas pymes están al borde de la quiebra, asoma como una de las consecuencias del retraso de los trabajos que se ejecutan desde abril pasado, y que debían concluir en junio. Se trata de un segmento del proyecto de mejoramiento de avenida Huambalí, del Serviu, que consideró la intervención y cierre de 5 de abril, entre Collín y Purén.
Empresarios criticaron la lentitud de las faenas y la falta de comunicación por parte del Serviu y de la empresa a cargo de las obras, lo que además de indignación, les genera mucha incertidumbre, manifestaron.
Explicaron que el cierre de la calzada también redujo los flujos de peatones, con el consiguiente impacto en las ventas. Mientras Molino Fuentes trasladó su sala de ventas a calle Arauco y el acceso de los camiones a Collín, los demás intentan sobrevivir con la esperanza de que las obras culminen pronto.
Al borde de la quiebra
Jaime Parra abrió en octubre de 2023 la tienda de animales exóticos Royal Fish (5 de abril 1179), sin imaginar que seis meses después enfrentaría una crisis que redujo en un 90% sus ventas y que ya se extiende por más de cinco meses. Pidió un crédito por $25 millones para montar su emprendimiento y hoy no tiene el flujo necesario para pagar las cuotas, lo que lo tiene al borde de la quiebra.
“Esta demora son cosas políticas que nos perjudican a nosotros. En distintos puntos de Chillán se están haciendo obras hace más de un año, porque las nuevas autoridades llegaron con eso, yo no sé qué negocio tendrán, pero cómo es posible que tranquen una calle prácticamente un año y quieren que uno les pague impuestos y patentes, y uno termina quebrando, porque aquí a todos se nos vinieron las ventas al suelo. Yo estoy prácticamente quebrado, porque me comí en estos ocho meses la inversión, pagando gastos, tuve que despedir a los jóvenes que me ayudaban. Le dije a la dueña del local que a fin de mes se lo voy a entregar y ella está tratando de ayudarme, de bajarme el alquiler. Incluso tuvimos que absorber el alza de la luz y nadie protesta: yo pagaba $150 mil de electricidad y ahora pago $250 mil, no puedo tener más animales porque eso requiere calefacción”.
Parra criticó la lentitud de los trabajos y aseguró que ha visto pasar a distintas constructoras. “A veces llueve y eso se transforma en un lodazal, se han caído señoras que he tenido que salir a ayudar”, comentó.
Asimismo, el emprendedor aseveró que no reciben información oficial y que no hay canales de comunicación con el Serviu o con la empresa constructora. “A fines de marzo, ellos prometieron 33 días hábiles, pero ya van seis meses con la calle cerrada. Después de eso, no vinieron más”.
Ventas cayeron 80%
Un duro golpe para las ventas ha significado el cierre de la calle para Cecilia Quinteros, socia de Casa Antele Servicio Técnico (5 de abril 1179).
“Es un tremendo retraso, se suponía que iban a ser 30 días, según la circular que funcionarios municipales dejaron en el local, pero se ha alargado tanto que nos ha afectado a todos, por eso estoy cerrando más temprano, porque no tenemos flujos de clientes como antes. Nos ha afectado tremendamente a todos los vecinos, las ventas me han bajado en un 80%”, manifestó la emprendedora, quien reconoció que, de no ser por la ayuda económica de su hija, no habría podido pagar estos meses algunos costos fijos, como el arriendo del local.
Quinteros criticó la falta de comunicación por parte del Serviu y de la constructora en estos meses. “Hoy no sabemos cuándo van a terminar las obras; escuché que se esperaba terminar en septiembre, pero se ve que eso no ocurrió. Agradeceríamos, por lo menos, que nos informaran directamente sobre el estado de las obras y cuándo van a terminar”, expresó.
“¿Cómo es posible que demoren tanto en una cuadra? Uno ve que abren, ponen una tapa, y después tienen que sacarla. No se ve gran avance en los trabajos. Imagínese que un emprendedor al lado mío hizo una inversión para abrir una botillería, pero justo el día que iba a abrir, empezaron los trabajos; no pudo abrir. Esto es el colmo”, remató.
Doblemente afectados
En el Outlet de Lácteos, ubicado en la esquina de 5 de abril con Collín, han debido soportar las obras por partida doble, tanto por el cierre de avenida Collín, como por el de la calle 5 de abril.
Erich Solís, vendedor del local, explicó que “nosotros tenemos entrada por las dos calles” y recordó que, desde un comienzo manifestaron sus reparos al cierre de ambas calles al mismo tiempo, lo que igualmente se concretó. “Incluso la empresa evaluó presentar un recurso de protección ante la posibilidad de que rompieran también la calzada en avenida Collín, lo que hubiese provocado la muerte del negocio. Se conversó con la profesional a cargo y finalmente accedieron a permitir el ingreso por una calle”, recordó.
En cuanto a la situación particular de calle 5 de abril, Solís expuso que las expectativas están puestas en que a fines de octubre se habilite una de las pistas. “En un comienzo, nos dijeron que el cierre se extendería por un mes y medio a dos meses, pero eso ha ido cambiando, han dicho que se va a demorar un poco más debido a las lluvias, pero es evidente el retraso”, sentenció.
El vendedor apuntó a la indignación de los comerciantes y vecinos. “Uno reflexiona que estas obras son para mejor y que vale la pena aguantar un poco, pero se ha ido alargando más de la cuenta, y hemos visto que han cambiado dos veces de empresa”, expuso.
En ese sentido, apuntó que el impacto más duro ha sido la caída de 60-70% en las ventas debido al cierre de Collín. Una vez restablecido el tránsito en la avenida, las ventas han comenzado a repuntar, pero aún se mantienen un 20% por debajo de lo que tenían antes de las obras.
Disminución del flujo peatonal
Una cuadra hacia el norte, en 5 de abril, entre Purén y Cocharcas, si bien la calle no está cerrada, los flujos de vehículos y de peatones se han reducido drásticamente, con el consiguiente impacto en las ventas.
Eso bien lo sabe Carolina Molina, gerente de la tienda Ñublesport (5 de abril 1023), quien sostuvo que “el proceso se ha demorado demasiado, se ve que pierde continuidad, y eso ha perjudicado los flujos habituales de personas que teníamos. Nosotros esperábamos que las obras estuvieran concluidas antes de iniciar el invierno, pero ya vemos que eso no pasó”.
Molina se quejó, además, de la falta de información oficial: “a mí nadie me informó nada de las obras, no nos dijeron que se iba a suspender el tránsito, no nos invitaron a ninguna reunión, así es que naturalmente no sabemos cuándo van a terminar”.
Precisó que durante el invierno se registró una caída superior al 20% en las ventas. “No sabría cuánto de esa caída se puede atribuir a la situación económica y cuánto al impacto de las obras, pero hemos tenido una baja importante”, acotó.
“Septiembre desastroso”
Un vecino de la cuadra es la librería Bluemix (5 de abril 1071), cuyo gerente, Fernando Escrig, es uno de los principales críticos del retraso de los trabajos.
“Tenemos una baja sostenida en las ventas de la sala, una baja muy fuerte en la presencia de público, que se nota. Si usted viene a comprar lo podemos atender entre cinco vendedores, porque la gente no está viniendo. Ahora bien, es difícil determinar cuánto se debe a la situación económica y cuánto al cierre de la calle, pero lo comparo con lo que ocurre más hacia el centro, donde sí se ve movimiento”, reveló el empresario.
Escrig comentó que han desarrollado diversas actividades para atraer público, “pero no hemos sido capaces de sostener ese tránsito en los días posteriores, algo que no ocurría antes. Nosotros estamos invirtiendo todos los días en vitrina, en actividades, pero no se retribuye”.
Estimó que los flujos de peatones se han reducido en, a lo menos, un 50%; mientras que los de vehículos han caído un 80%.
Por otro lado, señaló que “no hemos tenido ninguna comunicación oficial respecto a las obras, de ninguna entidad; nosotros nos enteramos de las obras porque un día amaneció la calle cerrada. La única forma de saber algo es acercarse a los trabajadores, que, en mi experiencia, no han tenido una buena disposición a responder. No hay un plan de comunicación y tampoco un plan de mitigación de impactos”.
El gerente de Bluemix reconoció que “septiembre fue desastroso, tuvimos una caída de 33% en las ventas; nosotros tenemos 60 trabajadores. Entonces, yo me pregunto si el Serviu les va a pagar el sueldo. ¿Podemos despedir a 18 trabajadores sin que nos caigan las penas del infierno? Entonces, sentimos frustración, rabia, indignación, porque ni siquiera se molestan en avisar, no significamos nada para el Serviu, y las 60 personas que trabajan acá no significan nada”.
“Al principio- continuó Escrig- el proyecto se ve bonito, pero pasa un mes, pasan dos meses, y ves a una o dos personas trabajando, a un ritmo que es impresionante, rompen la calle, montan algún PVC, y después vuelven a romper y sacan lo que habían hecho, y la calle sigue cerrada”.
Tercera semana de noviembre
Desde el Serviu Ñuble contextualizaron que “en el marco de la mega obra Mejoramiento Avenida Huambalí, que lleva más de un 90% de avance, durante 2023 se realizaron distintas instancias de coordinación intersectorial entre Serviu y representantes de la Dirección de Obras y Dirección de Tránsito de la Municipalidad, en la cual se gestionó en primera instancia, el corte y desvío de tránsito en el sector comprendido en calle 5 de abril, Purén, Av. Collín y Av. Huambalí, por un plazo de siete meses, a partir del 10 de octubre de 2023”.
En ese sentido, indicaron que, “debido a la imposibilidad de realizar un corte general del sector, no pudieron realizarse obras simultáneas, sino abordando intervenciones de forma parcializada, extendiendo los plazos estimados preliminarmente”.
“Durante el avance paulatino y sectorizado de las obras en el sector de Av. Collín, se fueron encontrando componentes de redes de infraestructura soterrada de distintos servicios (matrices de agua potable, colectores de alcantarillado, red de gas, entre otros), que no se encontraban catastrados, siendo necesario recurrir a ajustes, mejoras y complementos del proyecto original, causando retrasos que han afectado y alterado temporalmente el funcionamiento y accesibilidad del sector. En dicho contexto, fue necesario, en primera instancia, extender los permisos de desvío de tránsito, posponiendo la entrega de este tramo hasta agosto de este año”, añadieron.
“Posteriormente, se procedió a intervenir en el sector norte, específicamente, en calle 5 de abril, entre Av. Collín y Purén, donde también se han debido extender los tiempos de ejecución en función de que en dicha zona se encuentra emplazado el término del colector de aguas lluvias que proviene desde Av. Huambalí, el cual desemboca en el estero Las Toscas, a una profundidad superior a 5 metros”, precisaron.
“Además de los inconvenientes ocasionados por las interferencias previamente señaladas, durante agosto y septiembre se presentaron importantes eventos de precipitaciones, los cuales retrasaron los procesos constructivos, al ser necesario el agotamiento de las aguas acumuladas (que provienen desde el sur por el colector instalado en Av. Huambalí) previo a los trabajos de mejoramiento de terreno e instalación de infraestructura”, puntualizaron.
En cuanto a los plazos, desde el Serviu aseguraron que, “en función de la naturaleza de las obras restantes y en un escenario optimista, se espera el término de obras y habilitación de tránsito de la calle 5 de abril para fines de la tercera semana de noviembre”.