El próximo 1 de abril debe comenzar la implementación del Plan de Gestión de Episodios Críticos (GEC) 2021, como parte de Plan de Prevención y Descontaminación Ambiental de Chillán y Chillán Viejo, en un momento crítico de la evolución de la pandemia en la región, con altas tasas de contagio de Covid-19, así como también una creciente presión sobre el sistema hospitalario local.
En abril del año pasado aparecieron las voces de alerta sobre el efecto que puede tener la contaminación del aire sobre la pandemia. La información es abundante y categórica. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard, identificó la contaminación como un factor de riesgo para la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y totales hasta el punto de hacerle responsable cada año de unos 5,5 millones de muertes prematuras en todo el mundo.
Sin ir más lejos, recientemente tres profesionales locales realizaron una investigación en la que establecen una relación entre los períodos de mayor contaminación atmosférica en la intercomuna con las consultas por enfermedades respiratorias.
La contaminación sería entonces una agravante que podría empeorar el estado de salud de los pacientes afectados por Covid.
Según los especialistas, el material particulado fino del aire contaminado sería un vehículo portador inmejorable para muchos contaminantes, incluidos virus como el Covid-19. De este modo, en condiciones invernales de bajas temperaturas y existencia de material particulado fino en el aire, el virus encontraría un ambiente propicio para prolongar su vida media y su propagación.
Se trata de una combinación mortal que podría agravar el actual escenario de mantenerse las actuales tasas de nuevos contagios.
Y si bien durante el invierno del año pasado las consultas por enfermedades respiratorias no alcanzaron los máximos de otros años, en buena medida gracias a las restricciones al desplazamiento de las personas y a la suspensión de las clases presenciales durante todo el periodo, este año la situación es distinta, pues además de los flujos que generan las clases y el relajamiento de la población con las medidas de prevención, está la amenaza latente de las variantes más agresivas del virus.
Medio Ambiente anunció que contará este año con $4 mil millones para financiar el PPDA en la intercomuna, sin embargo, por el momento solo se inyectarán $1.000 millones, un monto claramente insuficiente para acelerar el tranco en materia de recambio de calefactores, por ejemplo, donde el Gobierno aún está lejos de cumplir la meta autoimpuesta de llegar a los 20 mil equipos el 2026.
Es por ello que no basta con aplicar, tal como todos los años, el mismo plan de descontaminación que pronto cumplirá seis años, sino que se requieren medidas urgentes y extraordinarias que se lleven a cabo rápidamente, partiendo por un subsidio excepcional a la energía eléctrica para desincentivar el uso de biomasa en la calefacción domiciliaria e incentivar para este periodo el uso de calefactores eléctricos.
